Los bohemios sufrieron, pero poco les importó a sus hinchas. El único representante uruguayo en la Copa Sudamericana se metió en octavos de final y espera por el Junior de Barranquilla, que está virtualmente clasificado luego de haber vencido al Blooming 2-0 a domicilio en la ida.
El partido estuvo claramente marcado desde el inicio por el fuerte viento que azotó Montevideo. Si bien no llegó a ser como el que obligó a suspender el cotejo este martes, condicionó las condiciones por la dificultad para jugar en largo. Pese a que le soplaba en contra, el que mejor se adaptó en la primera mitad fue el conjunto visitante, que apostó a tocar en corto y avanzar en bloque.
Wanderers tuvo un primer tiro libre de Mauricio Gómez que complicó al arquero Salazar, pese a que parecía un remate sencillo, y luego no inquietó hasta los minutos finales. Entre los 10’ y los 30’ fue más el Zamora, que a partir de la sociedad Soteldo-Pedro Ramírez inquietó y puso en aprietos a los del Prado. E la más clara, el ariete Ricardo Blanco quedó de cara con Burián pero no pudo controlar tras eludirlo y le dio tiempo al meta bohemio para taparlo.
El elenco de Gastón Machado se vio obligado a jugar en largo por la presión alta de su rival, por lo que perdió precisión, y recién a los 37’ volvió a inquietar. Una gran jugada de Rodrigo Rivero por izquierda casi termina en autogol del lateral Ovalle, y cuatro minutos después un derechazo cruzado de Manuel Castro entrando por derecha pasó a escasos centímetros del arco venezolano.
En el segundo tiempo, con el viento a favor, generó más peligro el Zamora, que exigió a Burián y estuvo muy cerca a los 54’ a través de un remate de Richard Blanco. Por si fuera poco, a los 71’ fue expulsado el volante Adrián Colombino por pisar innecesariamente a Soteldo cuando estaba en el piso. Con un jugador menos afrontó el tramo final el equipo bohemio, que con los cambios de su entrenador acomodó fichas y aguantó atrás.
Casi enseguida se dio la situación más clara de los visitantes; un remate de Erickson Gallardo se metía con Burián vencido, pero Martín Rivas apareció como un rayo para despejar en la línea. Después sostuvo la diferencia Wanderers y a los 89’ selló la clasificación y el global de 2-0 a través de una palomita de Matías Santos tras un centro bajo de Joaquín Vergés desde la derecha.
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