Cualquier pronóstico hecho sobre este súper clásico se fue por tierra cuando Germán Delfino pitó penal a los 15 segundos a favor de Boca, correctamente, y pareció cambiar desde el inicio el resultado del encuentro.

Rojas quiso despejar en el área la primera pelota que había llegado cerca de Marcelo Barovero, pero no vio a Meli que llegaba por su lado. Lo golpeó, el árbitro sancionó, y en la protesta ganaron amarillas Ponzio y Mercado, quedando descartado para una eventual final.

Emmanuel Gigliotti se apoderó del balón queriendo poner temprano el 1-0, pero demoró después de quejarse de un láser que lo molestó, fue predecible y el guardameta adivinó su intención, manteniendo el cero en el arco.

Boca tuvo que encarar el encuentro habiendo desperdiciado una chance inmejorable ante el tradicional rival y con la lesión de Fernando Gago, quien quedó tocado desde los primeros minutos y terminó siendo sustituido pasando los 40' por Fuenzalida.

Aun así insistió, y tuvo en Gigliotti a su delantero más perseverante y en Carrizo a un buen cómplice. Barovero respondió siempre bien en esos ataques, transmitiéndole desde el arco calma a sus compañeros, que pudieron aprovechar los nervios xeneizes y sacarles jugo.

El Millonario encontró espacios para elaborar una buena jugada en la que Rodrigo Mora, quien fue titular, tuvo participación; tras su toque y un toque más, Vangioni se abrió solo por la izquierda y metió un pase largo que encontró Pisculichi, quien definió de primera. Orión no llegó a tiempo y el marcador se abrió a favor del local a los 16'.

River creció con el tanto y se sintió finalista, también por la intervención de Delfino, quien le perdonó la vida a Ponzio, a quien debió mostrarle segunda amarilla y por ende roja a los 25', cuando cometió una dura falta de atrás sobre Carrizo.

Luego fue uno de los líneas el que colaboró con la victoria parcial, anulándole de mala manera un tanto a Gigliotti, quien perseveró hasta meter la pelota en el arco de Barovero lícitamente, algo que no se le reconoció.

Si nadie se imaginaba el inicio del partido nadie podía imaginarse lo que fue el segundo tiempo: intensísimo y violento, lo manejó de punta a punta River, pues Boca fue una sombra.

Gigliotti, cansado, ya no rindió, y aunque Rodolfo Arruabarrena metió mano en el plantel buscando rearmar un equipo que pudiera ir a buscar un empate, eso no ocurrió. De hecho, en la segunda mitad, el visitante no generó una sola posibilidad de convertir.

Por el contrario, River desaprovechó unas cuántas definiendo mal -tuvieron sus chances Mora, Teo Gutiérrez y hasta Carlos Sánchez-, y terminó manejando el tiempo a su antojo, asegurándose una victoria que lo puso en la final de la competencia, frente a frente con Atlético Nacional, último rival. Sánchez terminó el partido y Mora, desgastado, fue sustituido sobre el final, mientras que Boca perdió al Cata Díaz por expulsión.

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