Peñarol volvió a sumar una decepción internacional. Esta vez en su estadio y con todo a favor. El 0-0d e la ida lo posicionaba bien para clasificar y además mereció el pasaje a la segunda ronda a partir de las jugadas de gol que generó, pero una patinada lo dejó afuera.
Los carboneros tuvieron un arranque frenético. A los dos minutos una jugada entre Junior Arias y Dibble terminó con un derechazo de Ávalos que desvió el arquero José Aquino y dio en el caño, y a los 7’ volvió a lucirse el meta visitante al desviar un disparo bajo de aire de Arias.
Peñarol fue superior y mereció abrir el score en los primeros 12 minutos, pero luego se desinfló. Los mirasoles insistieron sólo por la derecha con el tándem Alex Silva-Dibble pero nunca buscaron a Albarracín por la izquierda y abusaron del pelotazo.
Los paraguayos fueron recuperando el balón y arrimándose al arco de Guruceaga. Si bien el arquero aurinegro casi no tuvo trabajo en la etapa inicial, Sportivo Luqueño avisó con un par de jugadas que no llegó a definir, como una que desbarató Alex Silva en el área chica.
La apuesta de los guaraníes fue recuperar y salir rápido, dentro de un trámite que se hizo cada vez más friccionado de los dos lados por culpa de un arbitraje demasiado permisivo.
Para el segundo tiempo entró Rodales por Alex Silva, quien se resintió del tobillo que lo tuvo a maltraer las últimas semanas, y Hernán Novick sustituyó a Albarracín a los 12’. A esa altura Luqueño crecía en el juego y Peñarol era un manojo de nervios, pero volvió a recuperar la pelota.
El despliegue de Ángel Rodríguez y el orden de Tomás Costa en el medio, sumado a lo que buscaba Dibble por derecha (con buenas y malas), eran de lo mejor del dueño de casa, que sin embargo no logró conectar con sus atacantes.
Da Silva mandó a Urruti en lugar de Ávalos a los 75’ pero no lo utilizó de volante, sino que lo hizo jugar de delantero y mantuvo a Dibble más abierto. Para el cuarto de hora final los carboneros recuperaron el dominio y metieron a Luqueño contra el área, pero volvieron a fallar.
Peñarol llevó peligro sobre el arco rival con un par de jugadas de pelota quieta consecutivas, y en la más clara Arias lo tuvo dos veces; Aquino le ahogó el grito con una notable atajada y le erró al arco.
Cuando parecía que el partido se iba a penales, llegó la emoción sobre el final. Mendieta anotó para Luqueño en el minuto 91’ aprovechando un resbalón increíble de Perg, y segundos más tarde igualó Bressan capitalizando un rebote en el área.
Luego el brasileño se fue expulsado por agredir a Ariosa por la espalda con el partido terminado, por lo que el cotejo terminó con los jugadores de los dos equipos en un tumulto que no pasó a mayores. El cuerpo técnico se fue sobre el árbitro a reclamar quién sabe qué, y Peñarol sumó una nueva decepción internacional.
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