Peñarol no repitió lo muy bueno realizado en su debut por el Apertura frente a Cerro, pero tuvo el mérito de resolver un partido en el que nunca brilló y ganó 2-0 con los goles de sus JR.

Los carboneros no fueron vistosos pero sí efectivos, y con muy poco les alcanzó para ser superiores a un rival que se limitó a defenderse y que fue tibio cuando tuvo la pelota. De hecho, la única atajada de Migliore en toda la noche fue cerca del final y de rebote.

Buscando presionar arriba y mantener la intensidad del encuentro con Cerro, el equipo de Fossati se posicionó en campo adversario y buscó abrir la cancha, pero los bolivianos taparon las subidas de Diogo y Rodales, cortando así los circuitos futbolísticos.

A los 12’ llegó el 1-0 gracias a la receta de la pelota quieta. Pacheco puso el balón en el área en un tiro libre lejano, Zalayeta lo bajó de pecho de espalda al arco y Jorge Rodríguez sacudió la red con un zurdazo que en su camino al gol se desvió en un rival y descolocó al arquero.

Luego, no jugó bien Peñarol, pero aun así pareció tener controlado el trámite frente a un oponente que no lo atacó ni se lo propuso. Con el Japo Rodríguez siendo el mejor de la mitad de la cancha y Jonathan Rodríguez aislado en ofensiva por la falta de generación, se fue una primera parte para el olvido.

En la etapa complementaria empezó a tener más el esférico el elenco boliviano, aunque sin inquietar. Fossati respondió con la salida de Valdez (sentido) y el ingreso de Orteman, pasando a una línea de cuatro defensores y apostando a robustecer la recuperación con un jugador que además es capaz de crear jugadas.

No obstante, la generación de juego siguió siendo el principal problema. Más allá de alguna acción de pelota quieta y un remate de aire de Pacheco que obligó a una gran atajada de Dituro, producto de un balón dividido que luchó Jonathan Rodríguez, no hubo más peligro cerca del arco visitante hasta que llegó el 2-0.

El Wilstermann, que cortó el juego con faltas de forma sistemática, perdió un balón en el mediocampo, Peñarol salió rápido de contragolpe y Jonathan Rodríguez definió con un derechazo cruzado que se desvió en el defensor Christian Vargas y terminó en la red a los 85’.

Con la tranquilidad de la ventaja que se lleva para la revancha del jueves de la semana que viene a Cochabamba y el alivio de no haber recibido goles como local, Peñarol cerró sin convencer desde el juego un partido en el que nunca se pareció al equipo que el sábado pasado goleó a Cerro.

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