Nacional quedó el borde de la eliminación en la Copa Sudamericana tras perder un partido atípico con Independiente Santa Fe de Bogotá. Su propio malhumor le jugó una mala pasada y cayó 2-0 cuando se quedó sin piernas ante un equipo que fue inteligente para mover la pelota y aprovechar la superioridad numérica.
El encuentro se presentó desfavorable para los albos desde el comienzo, ya que a los dos minutos fue expulsado por una irresponsabilidad Polenta. Tras una falta contra él siguió forcejeando con Daniel Angulo después del pitazo y cuando el ecuatoriano cayó al piso le tiró un pisotón que, si bien no llegó a destino, fue juzgado como agresión por el árbitro.
Munúa demoró cuatro minutos en reacomodar las piezas: Sebastián Gorga sustituyó a Ignacio González y pasó a un 4-4-1. Pese a ello, el que mostró ambición por el arco rival y mejor juego en la primera mitad fue el conjunto dueño de casa, que inquietó con un cabezazo desviado de Alonso y otro de Carlos De Pena que tapó el arquero Castellanos.
Nacional cargó su juego por la derecha con Barcia y obtuvo réditos. A los 16’ fue amonestado el rudimentario lateral panameño Harold Cummings y a la media hora el árbitro le perdonó la segunda amarilla. Ni lerdo ni perezoso Pelusso lo sacó y colocó a Villarraga, quien de inmediato también vio la cartulina por bajar a Barcia cerca del banderín.
El encuentro se hizo cada vez más friccionado y protestado, hasta que a los 41’ el cuestionado Raúl Orosco volvió a tomar una decisión determinante: Angulo le dejó a Porras una plancha que era para roja pero sancionó con amarilla. En medio de los reclamos hubo un tumulto que resolvió con una roja por bando: Anchico e Iván Alonso.
Nacional trató hasta ese momento de jugar el partido, pero desde entonces se dedicó a lucharlo. Con mucho espacio por cubrir y un despliegue encomiable de sus volantes, los tricolores se pararon con un claro 4-3-1, dejando a Barcia como único punta. Porras tomó el eje central, con Romero por derecha y De Pena por izquierda.
Tanto desgaste le pasó factura al equipo de Munúa, que llegó fundido a la media hora final. Santa Fe empezó a mover mejor la pelota y tuvo a Otálvaro como figura. El lateral derecho aprovechó el cansancio de Malvino para dañar con sus subidas y gestó las jugadas de los goles.
A los 63’ Otálvaro abrió el trámite con una asistencia exquisita a espalda de la defensa tricolor que aprovechó Morelo, quien eludió a Conde con una diagonal perfecta y definió al arco vacío. A los 75’ aumentó el venezolano Luis Manuel Seijas con un zurdazo de primera desde la medialuna, luego de un desborde a fondo de Otálvaro.
Hasta pudo anotar más goles el elenco de Pelusso, que hizo correr el balón con inteligencia y sólo en el cierre pasó zozobras con una jugada que pudo terminar en gol de Romero. El 2-0 a domicilio lo dejó muy cerca de confirmar su clasificación a la próxima fase, en la que será rival de Emelec de Guayaquil o Juventud de Las Piedras.
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