Con poco público en el estadio San Carlos de Apoquindo debido, quizás, al horario de juego del encuentro. Fijado para las 19 horas de nuestro país, el partido debut de católicos y franjeados se jugó a las 17 horas chilenas.

Jorge Castelli, entrenador danubiano, puso en cancha un clásico 4-4-2 con Juan Manuel Olivera bien tirado arriba, siendo la única referencia de área para los volantes por afuera y el restante delantero. El nivel de juego del conjunto uruguayo fue aceptable cuando tuvo la pelota; es que los franjeados se mostraron rápidos a pesar de que estos minutos eran los primeros oficiales, pero aún así lograron jugar de forma dinámica, sobre todo cuando se juntaban Ignacio González y Gastón Faber.

De todas formas, a medida que pasaban los minutos, la defensa local se acentuaba en su lugar y le fue difícil a los uruguayos entregarle el balón a un cada vez más solitario Olivera. En la primera media hora no hubo situaciones de gol claras, sólo algún tiro de esquina charrúa o algún remate de media distancia de los trasandinos. Poco más.

A penas pasadas la primera media hora, la Católica tuvo la gran chance de iniciar el marcador, pero el arquero Franco Torgnascioli desvió el balón que, tras una volea, casi se mete en las redes franjeadas. Los arranques ofensivos del equipo chileno fueron creados a base de inspiraciones individuales, y fue difícil encontrarle en la primera mitad un juego colectivo ofensivo determinante. 

El conjunto de Castelli fue muy leve en el ataque. A penas algún centro en el inicio del partido fueron las chances franjeadas. Los centros se repitieron durante los 45', pero siempre encontraron a Toselli, el arquero chileno, bien parado en el área.

El juego de Danubio en la segunda mitad pareció disminuirse a la mínima expresión. Los locales se hicieron dueños de la pelota durante todos los 45' de la segunda mitad, y estuvieron a punto de marcar el primer gol del partido en los 20' iniciales del segundo chico.

Las chances para los trasandinos se repitieron en los minutos del segundo tiempo, y fue por Torgnascioli y la puntería chilena que la Católica no ganó antes este encuentro. La expulsión de Agustín Peña a los 78' fue un atenuante más para justificar la superioridad, leve, pero superioridad al fin de los chilenos.

A los 84', cuando el partido ya se iba y Danubio comenzaba a saborear un buen resultado de visitante, una buena jugada en ataque trasandino terminó con el gol de Roberto Gutiérrez, y culminó con la ilusión uruguaya en estos primeros 90'.

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