River Plate se llevó un valioso empate a uno en su visita al Atlético Nacional de Medellín por la primera final de la Copa Sudamericana, instancia en la que el gol de visitante no cuenta como criterio de desempate. Tras comenzar perdiendo, el último campeón argentino cambió radicalmente en el segundo tiempo y logró el gol de la igualdad que lo deja bien parado de cara a la revancha.

La primera mitad fue ampliamente al dueño de casa, que se fue al descanso con un 1-0 que pareció escueto para lo que fue su dominio. Con el joven Edwin Cardona moviendo los hilos casi sin oposición en el mediocampo, puso en aprietos de forma constante a una defensa que hizo agua desde el pitazo inicial.

Berrío por derecha y Copete por derecha fueron un problema sin solución en el primer período para el elenco de Marcelo Gallardo, que se salvó en la primera media hora gracias a un par de buenas intervenciones de Barovero y a la poca eficacia en los metros finales de sus rivales, que generalmente le erraron al arco en posición de gol.

River apelaba a la falta sistemáticamente para cortar el juego y no podía generar, más allá de una subida de Vangioni a los 32’ que terminó en un zurdazo cruzado que pasó apenas afuera. Fue la única de la primera mitad para los millonarios, que dos minutos después vieron caer su arco.

Cardona habilitó en profundidad a Berrío, quien por enésima vez le ganó la espalda a Vangioni por derecha, y pisando los 34 minutos batió a Barovero con un derechazo cruzado inapelable. Poco después se repitió el escenario, con el veloz puntero invadiendo nuevamente por su carril, pero en esa oportunidad el arquero argentino ganó el mano a mano.

Segundo tiempo riverplatense

El entretiempo fue lo mejor que pudo pasarle a River, y pareció ser un sedante para el anfitrión. Atlético Nacional no pudo sostener el ritmo físicamente y bajó considerablemente su producción, más allá de que estuvo a punto de meter el 2-0 a los 62’ mediante un cabezazo de Sebastián Pérez que se estrelló en el travesaño.

River Plate se adelantó en bloque, empezó a generar juego asociado por abajo y llegó con peligro. Avisó el uruguayo Carlos Sánchez invadiendo por el medio y exigiendo al arquero Armani tras un pase de Teófilo Gutiérrez, y poco después otra vez Armani le puso los guantes a un potente tiro libre ejecutado por Pisculichi.

El gol de los argentinos estaba al caer y cató finalmente a los 65’, con Pisculichi otra vez probando de media distancia. El autor del gol de la clasificación en la semifinal ante Boca Juniors sacó un zurdazo fuerte y esquinado que picó poco antes de llegar al arco y selló el 1-1.

Los locales acusaron el impacto del empate y ya no volvieron a generar peligro, más allá de alguna aproximación esporádica. Por contrapartida, River pudo ganarlo con un cabezazo de Funes Mori apenas desviado, y cerca del final con una situación clara que malogró Cavenaghi cuando aparecía solo por el medio Teo Gutiérrez.

El elenco verdolaga no pudo noquear a su rival a tiempo cuando lo tenía contra las cuerdas y lo pagó caro. El millonario reaccionó a tiempo, se llevó un empate y hasta se fue del Atanasio Girardot masticando bronca porque sabe que pudo haberlo ganado. El 1-1 terminó siendo justo y deja la llave más que abierta para la revancha del miércoles 10 en el Monumental de Núñez.

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