Sergio Ramos fue oficializado como nuevo jugador del Sevilla, el club del que se fue en 2005 rumbo al Real Madrid. “Era una deuda conmigo mismo, con mi familia, mi padre y mi abuelo, que me hizo sevillista. No tenía sentido tomar otra dirección que no fuera pasar por mi casa”, expresó en el video de su presentación.
Lo primero que hizo Ramos fue disculparse. “He cometido errores, y quiero aprovechar la oportunidad para disculparme en primera persona y pedir perdón a cualquier sevillista que se haya sentido ofendido por cosas y gestos que pude hacer en su momento”, expresó, en clara referencia a una relación tirante que mantuvo con la afición andaluza.
El 12 de enero de 2017, en un cruce de Copa del Rey, le anotó un penal picando la pelota y lo celebró tocándose el pecho y llevando sus manos, con la palma abierta, atrás de las orejas. El gesto fue de frente a un sector de la hinchada que lo había silbado ya en partidos anteriores. Y si bien se disculpó con el resto del estadio, la silbatina fue generalizada.
El mensaje de hoy fue más amigable. “Creo que estamos todos en el mismo barco y que somos todos la misma familia. Demasiada gente tenemos fuera como para pelearnos nosotros. Soy uno más y vengo a sumar y remar en la misma dirección”, expresó.