Corrían 48 minutos del primer tiempo en el Coliseum Alfonso Pérez, donde Getafe y Barcelona empataron sin goles, cuando todo el público local se paró a reclamar una tarjeta amarilla que el árbitro le perdonó a Ronald Araujo.
El defensor uruguayo del equipo culé agarró la pelota cual si fuera un arquero al darse cuenta que no lograría controlar un pase demasiado alto de un compañero, que se iba directamente al lateral. No sacó ventaja por su mano, por lo que el árbitro César Soto no lo amonestó.
Araujo volvió a jugar como lateral derecho en el equipo dirigido por Xavi Hernández y una subida suya a los 57 minutos forzó la segunda tarjeta amarilla de Jaime Mata, quedando los dos equipos con 10 hombres.
En la sección del 1x1 del diario catalán Sport, afirman que “le tocará bastante jugar de lateral este curso”. “Por lo menos hasta que venga un especialista. Ha cumplido bien e incluso ha tenido un par de cabalgadas peligrosas en la segunda parte. Raza de capitán”, añade.
Mundo deportivo define su actuación como “desbordante”. “Estuvo atento a Mata por la izquierda del ataque del Getafe y le ganó la partida clarísimamente. Se internó con peligro por la banda y generó la jugada que acabó con la segunda tarjeta a Mata, que le entró por detrás sin intención de jugar el balón. Le hicieron un penalti como una Catedral ya en el descuento, que Soto Grado no quiso pitar”, agrega.