Hoy se cumplen 90 años de los partidos que inauguraron la primera Copa del Mundo, disputada en Uruguay. En julio de 1930 se jugaron 18 encuentros en tres estadios, en el que fue el único Mundial organizado íntegramente en una sola ciudad.
Uruguay se comprometió a construir el Estadio Centenario, que por entonces sería el más grande del planeta fuera de las islas británicas, y el objetivo era que todos los partidos fueran allí. Sin embargo, no se llegó a tiempo con las obras y los primeros cinco días de competencia se desarrollaron en los escenarios de los clubes más populares del país.
El Gran Parque Central albergó seis partidos y hubo dos en Estadio de los Pocitos, demolido 10 años más tarde. En el escenario de Nacional, Estados Unidos le ganó a Bélgica 3-0 el 13 de julio. En simultáneo, Francia goleó a México 4-1 en la cancha de Peñarol, que fue testigo del primer gol mundialista, anotado por el francés Lucien Laurent a los 19 minutos.
Participaron siete selecciones sudamericanas (Uruguay, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Perú), dos de Norteamérica (Estados Unidos y México) y cuatro de Europa (Bélgica, Francia, Rumania y Yugoslavia), en la que fue la única Copa del Mundo sin eliminatorias. Se invitó a todas las asociaciones miembro y sólo 14 quisieron participar. Egipto no pudo.
El boicot europeo por la no elección de Italia como sede se hizo sentir, pero no le quitó atractivo a un campeonato que tuvo la misma final que la disputada dos años antes en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam, donde había mayoría de participantes del viejo continente y las medallas de oro y plata viajaron al Río de la Plata. Como en la capital holandesa, Uruguay ratificó su condición de potencia y derrotó a Argentina en la final.
Los celestes levantaron la Copa Jules Rimet, bautizada posteriormente con ese nombre en honor al entonces presidente de la FIFA, quien resultó clave para la celebración del campeonato.