Este jueves 28 de marzo se cumplen 20 años de la primera vez que Roger Federer y Rafael Nadal se enfrentaron en una cancha de Tenis. Fue en 16vos de final del Masters 1.000 de Miami, instancia en la que el español, por entonces 34º del ranking ATP, dio el batacazo al vencer 6-3 y 6-3 al suizo, quien ya dominaba la clasificación.
Rafa, que tenía 17 años, estaba preocupado por no perder 6-1 y 6-2, según él mismo reconoció. Faltaban casi cinco meses para que lograra, en el polvo de ladrillo de Sopot, su primer título ATP. No obstante, ya pintaba para crack y se hablaba de él.
Nadal había dado un aviso en abril de 2003, cuando con 16 años venció a su compatriota Albert Costa en Monte Carlo, en la que fue su primera victoria frente a un top-10. Un mes más tarde derrotó al también español Carlos Moyá, por entonces cuarto del ranking.
Federer, por su parte, tenía 22 y ya mandaba en el circuito. Ostentaba 14 títulos, incluyendo sus dos primeros Grand Slam: Wimbledon 2003 y Australian Open 2004. La temporada 2004 lo encontraba con 23 victorias en sus primeras 24 presentaciones, pero aquel joven español lo sorprendió al barrerlo en apenas 70 minutos.
“Quedé impresionado con lo que vi. Había oído hablar mucho de él y vi algunos de sus partidos. Creo que no es una gran sorpresa para nadie”, dijo el helvético de su rival tras el encuentro. “Él no hizo su mejor tenis y por eso pude ganar. Si él hubiese jugado en su nivel, no habría tenido chances. Pero esto es lo que pasa en el tenis”, declaró Nadal.
El resto es historia. Nadal ganó 24 partidos y Federer 16, incluyendo el último, que fue el 12 de julio de 2019 en semifinales de Wimbledon. De los 40 capítulos de esa serie que duró 15 años, 24 fueron definiendo títulos. En finales, el español ganó 14 y las otras 10 fueron para el suizo, que redujo su desventaja en ese tipo de partidos ganando los últimos cuatro.
La ventaja de Nadal en el historial se explica en gran medida por su dominio absoluto en el polvo de ladrillo, que fue la superficie sobre la que más veces chocaron. De esos 16 partidos, el mallorquín se impuso en 14. Por tanto, en el resto de los pisos el saldo es de 14-10 para el nacido en Basilea, que ganó tres de cuatro en césped.