La delegación uruguaya perdió la única medalla de oro que ganó en los Juegos Panamericanos 2019 a raíz de un resultado adverso en un control antidopaje. Aquel logro de los cuatro pares de remos cortos en Lima no subió al palmarés y Leandro Salvagno, Bruno Cetraro, Martín González y Marcos Sarraute tuvieron que devolver la presea dorada por el doping de Sarraute.
En el control antidopaje realizado al remero se encontró metilfedinato, una sustancia que está prohibida por la WADA para competiciones. Surge de un medicamento (Concerta) que el deportista toma desde los nueve años para disminuir los niveles de dopamina en las áreas cerebrales que controlan los comportamientos afectados en el TDAH. En ese caso, Uruguay perdió la medalla por no haber realizado el trámite correspondiente para la autorización de uso terapéutico.
Si bien la Federación Internacional de Remo terminó resolviendo que no hubiera sanción para Sarraute, Uruguay no pudo recuperar la medalla. Panam Sports decidió de inmediato quitarle aquel primer lugar a los celestes, que quedaron descalificados de la competición. El oro fue a parar a manos de Argentina.
Sarraute, el principal afectado por aquella situación, se refirió al caso de Agustín Canobbio, quien no fue suspendido provisoriamente por la Conmebol pese a haber dado positivo de boldenona, una sustancia que, según pudo demostrar Peñarol, llegó al organismo del futbolista a través de la ingesta de pollo contaminado.
El remero recordó que la boldenona es “un esteroide anabólico” y que metilfenidato es un “medicamento aprobado para el tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad”, por lo que su reflexión fue clara: “Nefasto, como siempre digo, son unos viejos detrás de un escritorio, que de deporte, muy poco, las palabras sobran, es fútbol…”. “Cada día me decepciono un poquito más”, concluyó.