Santiago Silva se encuentra instalado en Málaga con su familia desde 2022, aunque aclara que no está retirado del fútbol. Con 43 años, contó al programa Fuera de juego de Carve deportiva que sigue entrenando y se encuentra “físicamente mejor que nunca”, mientras maneja alguna opción para volver a transitar por las canchas de lo más profundo del ascenso español.

“Es un disfrute estar con la familia y hacer cosas que antes no podía hacer, como llevar a mi hija al colegio. Pusimos un restorán en Málaga para distraernos un poco. Sigo entrenando y jugué un tiempito en un equipo humilde de acá, al que ascendimos a la cuarta categoría”, narró, y reconoció haber recibido propuestas “de Argentina, en su mayoría del Nacional B”.

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“El fútbol ha cambiado, aunque físicamente estoy mejor que antes. Sigo disfrutando el fútbol”, dijo, aunque de momento no piensa retornar a Argentina porque está “instalado en Málaga y habría que volverse con toda la familia para Buenos Aires de nuevo”. “Fueron 25 años como profesional. A cierta edad hay que priorizar ciertas cosas con la familia”, explicó.

En Argentina, durante su pasaje en Boca Juniors, fue compañero de Juan Román Riquelme, “un jugador extraordinario”, más allá de que “como persona la relación no era la mejor, por sus formas”. “Disfruté de las cosas que hacía en las prácticas y en los partidos. Él, James Rodríguez [en Banfield] y Nicolás Otamendi [Vélez] fueron los mejores jugadores con los que jugué”, dijo.    

Dos tragos amargos: La selección y el penal contra Peñarol

Le quedó la espina de la selección uruguaya porque estuvo “muchos años siendo abanderado del fútbol uruguayo en Argentina”, donde es el máximo goleador histórico de sangre charrúa. “Esperé la chance para algún partido amistoso, que hubo varios, pero no se dio”, lamentó.

Otra situación que recuerda pero sin agrado fue el penal que falló ante Peñarol en la semifinal de vuelta de la Copa Libertadores de 2011, cuando defendía a Vélez Sarsfield. Era el tanto para dar vuelta la serie, pero lo tiró por arriba del travesaño. “Hasta hoy los hinchas de Peñarol me agradecen. Nunca me había pasado una cosa así. Fue frustrante”, reconoció el Tanque.

“Yo había convertido el gol anterior y era el encargado de los penales. Me tocó resbalarme y fui muy cuestionado porque había jugado en Nacional. Mucha gente criticó y marcó un poco, pero a mí me hizo más fuerte. Yo seguí metiendo y errando penales, y con Vélez fuimos campeones ese año con un gol mío”, rememoró.

Juan Manuel Olivera: se quebró la relación

Esa situación también marcó un quiebre definitivo en su relación con Juan Manuel Olivera. Se conocieron de adolescentes en el liceo Regina Martirum, terminaron siendo amigos y después compadres. De hecho, el Tanque es el padrino de un hijo del Flaco y viceversa. No obstante, el comentario del entonces centrodelantero de Peñarol lo ofuscó.

Antes de la ejecución del penal que Silva falló, Olivera le tocó la pelota de atrás y le dijo “erralo”. “La concha de tu madre, Juan. La concha de tu madre”, fue la respuesta del calvo goleador. Yo no hubiese hecho lo que él hizo. Hay cosas que no se permiten, y menos en una relación así. Cosas sin códigos no van, seas familiar o hermano”, indicó.

“Por dentro habrá dicho ‘que lo erre’, perfecto. Pero venderte dentro de un circo, para nada”, dijo, y reconoció que nunca más han vuelto a hablar. “Me sorprende”, admitió. “Hay cosas que en la vida no se pueden volver atrás. Eso es lo que pienso yo. Cosas que no suman para uno, no suman. Ya no hay más vueltas”, concluyó.