Santiago Rodríguez fue el protagonista de un extenso Instagram Live con Montevideo Portal, en el que habló de su carrera, los inicios y los sueños que persigue como futbolista y como persona. De fondo asomaba un cuadro con una imagen suya junto a Eduardo Domínguez, el entrenador que le dio la confianza para debutar en el primer equipo. “Fue el más importante para mí”, reconoció, y contó aquel momento en el que fue llamado a actuar.
Tras una corta pretemporada en enero de 2019, cuando cumplió 19 años, jugó por primera vez ante River Plate de Argentina en Maldonado y deslumbró. Su popularidad aumentó a un ritmo frenético y en una semana pasó de tener 10.000 seguidores en Instagram a 23.000. Hoy lo siguen más de 47.000 personas y es el segundo del plantel en el ranking de followers, sólo superado por Luis Mejía. No obstante, no se mareó con los aplausos.
El hecho de ser más famoso lo tomó “con normalidad”, y con su timidez a cuestas la va llevando bien. “A veces me cohíbo cuando me mira la gente, porque sé que me miran porque juego en Nacional. Pero es muy lindo que te reconozcan por ser jugador de fútbol”, dijo Rodríguez, a quien por su físico apodaron “Mosquito” en las formativas tricolores y “Chori” en el barrio Conciliación, dada su admiración por Gonzalo Castro.
Justamente el Chori es uno de los referentes que lo trató “muy bien” al unirse al plantel principal. “El grupo humano que hay en este plantel es tremendo. Los referentes siempre nos están aconsejando que tenemos que rompernos el alma entrenando para poder llegar a Europa, lograr cosas importantes y hacer una linda carrera. Nos van guiando y marcando el camino del fútbol. Para nosotros es clave tener ese respaldo”, señaló.
Admirador de Tabaré Viudez y habitué de la Abdón Porte en sus épocas de hincha, reconoce el valor de cuidar la alimentación para construir una carrera que le permita concretar un sueño a nivel personal; darle a su familia un techo propio. “Es la primera meta; cuando me vaya poder agarrar ese dinero y comprar la casa para la familia”, dijo con visible entusiasmo.
A la hora de soñar en grande, aspira a “ganar títulos” como “la Copa Libertadores, ligas o una Champions”, porque “es lo más lindo para el jugador de fútbol”. “Mi cabeza siempre piensa en eso. Siempre fui calentón y me molestaba mucho cuando no era campeón ya desde el baby fútbol”, reconoció, y asegura que el club extranjero que más le gustaba de niño era “el Manchester United por Cristiano Ronaldo”.
El clásico sin público
Claro que hoy la preocupación es bastante más inmediata y apunta a lo local. El hecho de que aún no se sepa ni siquiera cuándo se reanudará la actividad hace que no tenga en mente la idea de que su próximo partido será ante Peñarol.
“Como no sé cuándo se va a retomar no estoy pensando todo el tiempo en eso. Los clásicos, con todo lo que significan y la tensión que tienen, te estresan. Ahora estoy tranquilo. Cuando volvamos jugaremos ese clásico y habrá que estar preparados. Es un partido como todos los demás pero con otra importancia, aunque tampoco para sobrepasarse”, advirtió.
“Es muy importante jugar con la hinchada todo el tiempo alentándonos constantemente. Sería muy diferente jugar un clásico sin público, pero nosotros tenemos que rendir de igual manera y estamos siempre obligados a ganar”, señaló, y valoró el apoyo que la parcialidad tricolor le brinda a él y al resto del equipo.
“Al hincha el agradecimiento por el apoyo y el aliento que siempre me dan. Cuando salíamos de entrenar siempre veía gente ahí diciéndome que se sentía identificada. El aliento constante que nos dan es muy importante y nos motiva mucho. Cuando salimos a jugar lo hacemos para darles una alegría a ellos”, explicó.
La selección: desde la sub-15 con consejos de Tabárez
“Hice todo el proceso de selecciones juveniles. Sólo me perdí el Sudamericano sub-20 pero después fui al Mundial”, dijo sobre la Celeste, y destacó entre los entrenadores a Alejandro Garay, a quien conoció siendo sub-15 y después volvió a dirigirlo en sub-17. “En lo futbolístico aprendí un montón, pero como personas nos educó mucho mejor y nos dejó marcados a todos. Nos enseñó a ser caballeros y educados, a pedir por favor y dar las gracias. Mi familia me educó así y él siguió con eso”, ponderó.
En los entrenamientos siempre estaba Óscar Washington Tabárez a un costado observando a los cracks del futuro. “Nos compartía alguna opinión o nos daba algún consejo. Cada vez que íbamos a algún torneo importante, como un Sudamericano, nos escribía apuntes y nos comentaba todo. Nos decía las fortalezas de cada uno y lo que teníamos para mejorar. Siempre estuvo arriba de todos los juveniles y se nota ahora que subió a otros compañeros y jugadores que ya están consolidados en la mayor como Valverde y Bentancur”, expresó.
Rodríguez recordó que previo al Sudamericano sub-17 de 2017 hubo un ida y vuelta entre Tabárez y algunos jugadores, a quienes les preguntó qué pensaban que podían aportarle al equipo. Además les hizo una devolución marcándoles aspectos a potenciar y a mejorar, como “mejorar la pegada o usar mejor el cuerpo para cubrir la pelota”. “Quedó sorprendido por lo que le dijimos y la edad que teníamos”, recordó.
“Nos preguntó a cada uno con qué pensábamos que podíamos colaborar con el equipo. Yo la tiré por el lado de ser compañero, pero él me dijo que de eso no tenía duda porque nos prepararon para eso. Me preguntó como futbolista a la hora de jugar, y le dije que podía aportar asistencias, colaborar en la marca cuando se necesitara, encarar y ser atrevido con la pelota. Me dijo que estaba de acuerdo porque yo jugaba como delantero y tenía que ser así. Que los jugadores de arriba tienen que animarse e intentar porque van a perder más de lo que van a ganar”, finalizó.