Miguel Samudio fue uno de los protagonistas del partido que Peñarol le ganó 3-1 a su equipo, Liverpool, este lunes en los cuartos de final de la Copa AUF Uruguay. Una polémica mano suya generó el penal que derivó en el segundo tanto aurinegro, y tras ver la tarjeta roja hizo gestos tocándose el escudo de campeón uruguayo, lo que se interpretó como una provocación.
“Para mí no fue penal porque sentí que fue en el hombro. De hecho, mostré la marca. En cámara lenta, si vamos a ser coherentes, en cada partido habría cinco o seis expulsados. Ahí se volvió otro partido, por una decisión que no voy a profundizar porque no me gusta hablar del arbitraje. Son seres humanos y se pueden equivocar, o tener una mala noche, como nosotros ayer”, dijo el paraguayo al programa Quiero fútbol, de Sport 890.
Sobre sus gestos, que generaron la reacción y posterior expulsión de Maximiliano Silvera, aclaró que no hizo “alusión a cosas externas en ningún momento”. “Fue un momento de calentura con el arquero [Washington Aguerre], pero que pasa y termina en la cancha. Tenía que llevarme a uno porque estábamos quedando con dos menos, y pasó eso. Fue un momento de tensión y calentura que capaz hace que el hincha se sienta mal”, explicó.
“Yo no tengo problema en pedir disculpas porque soy el primero que hace autocrítica. Si lo tomaron como una ofensa, no tengo problema en disculparme, pero en ningún momento fue para ofender a nadie. Fue un roce que tuve con el arquero, y le dije que salí campeón en una cancha hermosa y difícil ante un rival que es multicampeón de la Libertadores, pero jamás le faltaría el respeto a la institución. En ningún momento fue para ofender a nadie”, agregó.
“No hay que dramatizar demasiado. Lo que pasa en la cancha, termina en la cancha. Dije tal y cual lo que sentí en el momento. Salí campeón ahí y pocos equipos lograron eso. A la gente que valora el fútbol, pido disculpas. No a los inadaptados que me están amenazando de muerte y de otra forma. Tengo una espalda bastante amplia para recibir todo tipo de amenazas y no me afecta, pero si se meten con mi familia, es otra cosa. Hubo jugadores que se metieron con mi familia y no lo voy a perdonar ni tolerar, pero termina ahí. No voy a entrar en situaciones que escapan de mis posibilidades”, expresó.
Entre los jugadores rivales, solo apuntó a Aguerre. “Si me tengo que tomar un café con él mañana, me lo voy a tomar porque somos futbolistas y seres humanos y nos podemos equivocar. Tenemos que tratar de no dramatizar demasiado porque se puede interpretar mal”, comentó, y dijo que “es normal que uno con las pulsaciones se caliente”.
“A través de redes sociales tienen los huevos bien puestos para amenazar y decir cosas que a uno lo pueden lastimar, pero no pasa nada. No tengo ningún problema”, añadió sobre algunos hinchas que le están escribiendo, pero sostuvo que no presentará una denuncia formal.
Sobre el partido y el arbitraje de Pablo Giménez, lamentó algunos fallos pero no vio animosidad. “Se le escapó de las manos por culpa de nosotros, los futbolistas, que nos
preocupamos más por protestar y dar patadas que por jugar al fútbol. Fue un
partido para el olvido, no estuvimos a la altura y fuimos superados por un
rival de jerarquía”, concluyó.