Rusia lleva décadas bajo la lupa por los casos de dopaje que mancharon a sus deportistas en distintas disciplinas. Como era de esperar, la muy buena campaña que realizó su selección de fútbol en la Copa del Mundo 2018 también fue señalada por algunos medios sensacionalistas, más allá de que esta vez no hay indicios de doping.
Según el diario alemán ‘Suddeutsche Zeitung’, un portavoz de la federación rusa reconoció que un suplente aspiró amoníaco antes de entrar al campo de juego en el duelo de octavos de final ante España, que terminó en victoria por penales del equipo de Cherchesov tras igualar 1-1 en 120 minutos.
“La federación rusa actuó como si se tratara de algo tan común como usar shampoo en la ducha”, agregó el mismo medio. ¿Y lo extraño? Nada. El amoníaco no integra la lista de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA por sus siglas en inglés).
Luego, el diario sensacionalista alemán ‘Bild’ realizó un seguimiento a los futbolistas rusos durante el choque de cuartos de final ante Croacia y comprobó que muchos de ellos olfateaban un algodón.
El amoníaco produce una rápida y extrema irritación de los pulmones, la nariz y la membrana mucosa de la cavidad nasal, mejorando la respiración y el flujo de oxígeno en la sangre. Algunos especialistas consideran que hasta puede ser negativo para el deportista, pero lo concreto es que no supone una conducta incorrecta.
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