“Fue un gol muy emotivo porque significó ayudar al equipo para quedarnos en Primera División”, fueron las primeras palabras de Ruben Bentancourt tras el triunfo 1-0 de Boston River sobre Liverpool con gol suyo de penal en el minuto 86, resultado que sirvió para mantener la categoría y decretar el descenso de Defensor Sporting.
“Se me ocurrió primero patear fuerte y al medio, pero como siempre lo pateo fuerte y cruzado preferí morir con la mía”, dijo el salteño sobre el penal que ejecutó, y que le sirvió para llegar a 10 tantos en 24 presentaciones esta temporada. Sin esos goles, el equipo rojiverde hubiera sumado 10 puntos menos, por lo que descendía cómodo y con anticipación.
A su entender, la clave para el objetivo de la permanencia fue “mucho sacrificio”. “Con muchas dificultades sacamos esto adelante. En un momento estábamos muy lejos, como ocho o nueve puntos abajo, pero la banda siguió metiendo y nunca bajó los brazos”, destacó, y habló de lo que fue la puja con Defensor Sporting por quedarse en Primera División.
“Hicimos historia. Jugar un mano a mano con Defensor, uno de los cuatro más grandes, y haber ganado ese duelo, fue histórico. La responsabilidad era de ellos. Ellos eran el equipo grande que tenía que salvarse. Nosotros poquito a poquito fuimos sumando puntos y llegamos al final dependiendo de nosotros. Por suerte salió redondo y se logró el objetivo”, valoró.
Una vez consumado su triunfo sobre Liverpool, Boston River tuvo que esperar un par de minutos para celebrar, ya que Cerro Largo y Defensor Sporting seguían jugando. Esperaron el resultado en el campo de juego mirando el partido con algo de delay a través de un celular, pero el grito de un dirigente que desde el palco lo escuchaba por radio desató el festejo.
“En ese momento estábamos más tranquilos porque ya habíamos sufrido. Teníamos que ganar y ver qué hacía Defensor. Por suerte no pudieron convertir. Fue una emoción y una alegría en un año difícil donde siempre la corrimos de atrás. Ver compañeros llorar de emoción fue una locura”, comentó el ariete de 28 años.
No quiso dar pista sobre su futuro inmediato y sí se refirió al momento de encontrarse con el entrenador Juan Tejera en el vestuario: “El negro estaba contento, feliz y emocionado. Vino para esto y sacó el resultado”.