Rodolfo Rodríguez, ganador de la Copa Libertadores y la Intercontinental de 1980 defendiendo el arco de Nacional, recordó al recientemente fallecido Manga, campeón de América y el mundo en 1971 también como arquero de los tricolores. En diálogo con el programa 100% deporte de Sport 890, solo tuvo palabras elogiosas hacia el brasileño.

“Cuando jugué en Cerro, en 1974, lo enfrenté en el Tróccoli con 18 años. Y después lo enfrenté cuando estuvo en Inter y Gremio. Era un grande de verdad. Con un respeto y admiración que no tiene límites por su calidad y lo que transmitía; una solvencia imponente. Fue muy querido en Botafogo, donde lo adoraban, y en Inter”, contó.

“Hizo historia en Nacional y dudo que pase por Nacional otro arquero así, con esa categoría. Lo digo con respeto por los que pasaron antes y los que están ahora”, agregó Rodríguez, quien de niño siendo hincha de Cerro lo veía a Manga como un arquero al que “era imposible hacerle un gol porque tapaba todo, achicaba bien y salía bien”. “Hacía todo perfecto”, agregó.

Rodolfo dijo que el fallecimiento de Manga lo “afectó bastante porque es un grande”. “Ahora el arco del cielo tiene a los dos mejores; al Chiquito [Ladislao Mazurkiewicz] y a Manga. Me voy a quedar por acá, porque suplente nunca me gustó ser”, añadió Rodríguez, quien recordó que Manga “tenía los dedos fracturados pero los mostraba orgulloso, como un trofeo de guerra”.

“Lo conocí en un viaje que hicimos a Estados Unidos con él, su familia y su señora. Jorge Seré nos acompañó. No cualquier equipo consigue juntar tres arqueros campeones del mundo. Independientemente de haber conseguido algo parecido a lo de él, tanto para Jorge como para mí fue y sigue siendo un ídolo”, narró orgulloso.

Los tres arqueros campeones y el Chango Pintos Saldanha. Foto: Filial Bolsos De Ny-Nj

Jorge Seré, por su parte, también recordó a Manga en La mañana del fútbol de El Espectador Deportes. “Fue el mejor arquero que vi en mi vida. Era un monstruo. No tuve la suerte de verlo en un momento en que pudiera analizarlo desde el punto de vista de un arquero. Lo miraba como hincha, y me emocionaba”, reconoció el dueño del arco del Nacional campeón de la Libertadores y la Intercontinental de 1988.

“Gracias a la filial de hinchas de Nacional de Nueva York, Nueva Jersey, Miami y Florida, participé de un homenaje que nos hicieron a Manga, a Rodolfo y a mí. Lo conocí más de cerca y me pareció un gran tipo. Se vanagloriaba de sus dedos. Él jugaba con los dedos así y nunca tuvo problema en hacerlo. Atajó mucho tiempo sin guantes y decía que no le gustaban los guantes”, recordó.

“Manga y [Luis] Artime eran mis ídolos. Yo jugaba campeonatos de verano en el Náutico, donde un año salí arquero menos vencido y al otro fui goleador. Me gustaba mucho jugar de nueve pero por suerte arranqué para el arco y salió bien”, contó Seré, quien tenía 10 años cuando Manga conquistó América y el mundo desde el arco de Nacional.

Seré jugó 336 partidos oficiales en Nacional, Rodríguez 271 y Manga 198.