El Tribunal Superior de Justicia de Brasil ordenó este miércoles que el
exfutbolista Robson de Souza, conocido mundialmente como Robinho, cumpla en una
prisión de Brasil la condena de nueve años que se le impuso en Italia por una
violación.
La corte homologó la condena impuesta en Italia en 2017 por
mayoría, con nueve votos a favor y dos en contra, y por una mayoría aún más
ajustada ordenó que el cumplimiento de la sentencia en régimen cerrado sea
inmediato.
De este modo, el exdelantero de 40 años tendrá que entrar en
prisión antes incluso de poder presentar recursos de apelación a esta misma
corte y al Tribunal Supremo.
La audiencia en la corte acabó con el suspenso de una
prórroga, ya que aunque la mayoría de los magistrados se pronunció ampliamente
a favor del cumplimiento de la condena en Brasil, se produjo un empate en
relación a la entrada inmediata de Robinho en prisión o a la posibilidad de que
apelara en libertad. En el último instante, el magistrado Ricardo Villas Bôas
Cueva cambió su voto y se formó la mayoría para el cumplimiento inmediato de la
condena de cárcel.
Robinho fue condenado a nueve años de prisión por la Justicia
de Italia por su participación en una violación colectiva en Milán en 2013,
pero nunca llegó a cumplir la pena debido a que regresó a Brasil, país que
prohíbe la extradición de sus nacionales.
Las autoridades italianas solicitaron a la Justicia brasileña
que homologase la condena y que, en consecuencia, determinase el
encarcelamiento del exfutbolista para que cumpla la pena en su país de origen.
El exdelantero, que surgió como profesional en el Santos y
jugó en Real Madrid y Manchester City, entre otros clubes, fue hallado culpable
de participar en una violación colectiva a una joven albanesa en una discoteca
de Milán, en su etapa como jugador del AC Milan.
El juez instructor, Francisco Falcão, afirmó que un posible
rechazo a la petición de la Justicia italiana significaría una nueva violación
a la dignidad de la víctima, ya que el “criminal quedará totalmente impune por
la incapacidad de Brasil de volver a juzgar el mismo hecho”.
Dijo igualmente que un rechazo a la petición puede generar
una crisis diplomática, ya que Brasil dejaría de cumplir sus compromisos de
cooperación, así como un nuevo episodio de descrédito para la Justicia de
Brasil, cuya falta de eficacia para sancionar criminales ha sido varias veces
condenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El magistrado explicó en su voto que a la Justicia brasileña
no le corresponde revisar la sentencia ya proferida en firme por un tribunal
italiano ni abrir un nuevo juicio, sino tan solo revisar si se cumplen todos
los requisitos para aceptar la petición de Italia para que el exfutbolista
cumpla su pena en Brasil.
“La legislación impide la revisión del mérito de la
sentencia. Tan solo tenemos que determinar si se cumplen los requisitos para la
transferencia de la ejecución de la pena”, dijo.
En ese sentido, afirmó que todos los requisitos son atendidos
debido a que el condenado se encuentra en Brasil, su sentencia es definitiva y
el hecho que originó la condena constituye también un delito en el país.
Desmontó, además, uno por uno, todos los argumentos de la
defensa sobre supuestas violaciones a la Constitución que impedirían atender la
petición de la Justicia italiana.
Aseguró que si bien no existe un tratado entre Brasil e
Italia que permita este procedimiento, está previsto en tratados
internacionales firmados por Brasil, como las convenciones de Viena, Palermo y
Mérida.
EFE / FútbolUy