Una noticia que no pasó para nada inadvertida en el comienzo de este 2025 se dio en el remo y es la salida del entrenador de la selección uruguaya, el argentino Osvaldo Borchi, tras 10 años al frente en su segunda etapa en el cargo.
Borchi finalizó su vínculo con la selección uruguaya una vez culminado el año 2024, tras pasar además por los Juegos Olímpicos de París, y si bien desde la Federación Uruguaya de Remo, que preside Miguel Piñeiro, se mantenían conversaciones para su permanencia, todo se terminó de finiquitar en 2025.
Desde Paraguay llegó una oferta económica muy importante para el entrenador, muy superior a lo que se podía ofrecer en Uruguay, con el aditivo que le daba una nueva apuesta personal tras cumplir un extenso ciclo en suelo celeste que consideró era necesario “darle un descanso”.
Esto hizo que la decisión fuera viajar a tierras guaraníes, donde será el nuevo entrenador de la selección y buscará desarrollar un crecimiento similar o superior al conseguido en Uruguay.
Su salida fue un golpe duro para este deporte e incluso algunos deportistas lo despidieron con un toque de nostalgia en redes sociales, entre ellos Felipe Klüver: “Sos la persona responsable de todos mis logros, a pesar de que era yo el que estaba arriba del barco haciendo fuerza”.
“Vos fuiste la persona que me dio las herramientas, me dijo la forma, conseguiste sacar lo mejor de mí en cada entrenamiento y alumbraste los días grises en los cuales el camino no se veía, alegrando esas mañanas y recordando por qué estaba haciendo lo que hacía”, dice en otro fragmento.
Luego repasa varios de los títulos alcanzados bajo su mandato en Uruguay y cierra: “Hoy toca despedirme de ese gran entrenador que llevó al remo uruguayo a lo más alto a nivel mundial”.
Con el
Sudamericano y Pre-Panamericano a la vuelta de la esquina (se desarrollarán
en marzo en Paraguay), Marcelo Trigo y Frank Piñón tomarán
las riendas de la selección uruguaya.
Sus ciclos
Borchi fue uno de los grandes factores del resurgir de un deporte histórico en Uruguay, el más ganador en cantidad de medallas olímpicas, llegando en una primera instancia en el año 2003 al país a través de una beca de Solidaridad Olímpica Internacional. En aquel entonces se mantuvo hasta 2004.
En ese periplo el remo volvió a ser medallista en los Juegos Panamericanos en Santo Domingo 2003 con el cuádruple conformado por Ruben Scarpatti, Leandro Salvagno, Rodolfo Collazo y Oscar Medina, que fue de plata. Un podio que era esquivo desde el oro panamericano de Jesús Posse en 1987.
Además, bajo su conducción clasificó a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 a dos botes, el single de Leandro Salvagno y el doble par ligero de Rodolfo Collazo y Joe Reboledo. Esto no se lograba desde Barcelona 1992, cuando el mencionado Posse había competido por última vez en estas citas.
Luego de ese año y con el fin de la beca, el entrenador se fue de Uruguay y dirigió a selecciones como la de México, El Salvador y España, entre otras, para luego volver varios años después.
Ya con Fernando Ucha como presidente de la FUR (hoy presidente del Comité Olímpico Uruguayo), se llegó a un acuerdo para su retorno en el año 2015 y se extendió hasta el final de 2024
En este interín el remo uruguayo brilló, con clasificaciones olímpicas a Río de Janerio 2016, Tokio 2021 y París 2024. En la cita nipona Bruno Cetraro y Felipe Klüver ganaron el diploma olímpico al ser sextos en el doble par ligero.
Además, llegaron incontables medallas a nivel de sudamericanos, panamericanos y hasta mundiales. Por ejemplo, Klüver fue campeón mundial sub-23 en el single ligero y Cetraro terminó cuarto en el mundial de mayores de la misma categoría (mejor marca histórica a nivel senior en estas competencias).
Otro hecho que destacó fue la obtención del primer lugar del medallero en los Juegos Odesur de Paraguay en 2022, un hecho histórico tras conseguir seis medallas de oro, dos de plata y dos de bronce.
Dueño de un particular estilo a la hora de declarar con frases como “el mundo lo hacen los que están locos, así que gracias por decirme que estoy loco”, o cantando para motivar a sus dirigidos, se cerró un ciclo que marcó una era y le dio un gran prestigio a un deporte que siempre estará entre los más destacados de Uruguay.