Estrenaba y perdía el liderato el Real Madrid con una tarde gris en el Santiago Bernabéu ante un Málaga que sobre el campo no mostró imagen de colista. Desde setiembre de 2013 no se quedaba sin marcar de local y lo firmó el día menos esperado, en el que ni el vendaval de ocasiones del segundo acto le sirvió para cambiar el rumbo.
Entendió Rafa Benítez que el lugar por donde derribar al Málaga eran las bandas. Dio entrada a Jesé en el costado derecho, pasó a Cristiano a la punta y pidió a los laterales que lanzasen continuos centros. Sin fluidez en el juego entre líneas, con un Isco intermitente que debe ofrecer más, Cristiano no se cansó de rematar centros laterales. Los robos y contragolpes cobraron protagonismo más que la eficacia de la posesión en ambos equipos.
Eran momentos de buen ritmo en los que Cristiano veía como el colegiado le anulaba un tanto por fuera de juego. La presencia ofensiva del Real Madrid era continua en momentos en los que Ronaldo cabeceaba arriba un centro de Marcelo e Isco chutaba dos veces seguidas sin encontrar la puerta rival.
Llegó el freno puesto por el Málaga para instalar el nerviosismo en el Bernabéu. Silbidos al juego blanco y Benítez sin parar de corregir aspectos tácticos. Tras una siesta, de nuevo llegó un acelerón de ocasiones con testarazos de Cristiano fuera, a centros de Carvajal y hasta con enfado con Jesé por la potencia del pase.
El Málaga tenía una referencia a la que acudir. Sin Charles ni Cop arriba, Amrabat se peleó con todos. Aguantó siempre la pelota, la protegió, encaró y en ocasiones conectó con algún compañero para generar peligro. A los 32 minutos Juancar chutó arriba con todo a su favor.
El final del primer acto fue un aviso de cómo sería el segundo. Isco rozó el gol pero no encontró puerta tras lanzarse a un centro de Marcelo y cambiar la dirección que esperaba el portero camerunés. Fallar estaba prohibido para el Real Madrid que saltó a por el partido ante un rival que se defendió como pudo y aguantó gracias a Kameni. Sus paradas convirtieron la tarde en agónica.
El recital lo inició tras el descanso, sacando a contra pie una mano salvadora al disparo raso potente de Cristiano. El partido se convirtió en un duelo entre porteros. No faltó la parada salvadora de Keylor Navas, que voló hasta su escuadra para responder la falta perfecta de Recio.
Con este 0-0 los merengues se quedaron sin la punta, la que ya volvió a las manos del Barcelona, quien venció al Granada con dos goles de Luis Suárez.
Montevideo Portal I EFE