No son días fáciles los que vive el Real Madrid. Tras la derrota por 2-1 como local a manos de Levante el pasado fin de semana, la crisis se profundizó con el equipo segundo en La Liga a 10 puntos del Atlético de Madrid, que tiene un partido pendiente.

Pese a que Zinedine Zidane no dirigió el encuentro disputado en el estadio Alfredo di Stéfano por haber contraído COVID-19 (estuvo su asistente David Bettoni y hoy se reincorporó), la continuidad del francés está en duda y hasta suena el nombre del italiano Massimiliano Allegri para sustituirlo.

La espalda que le da al francés el hecho de haber conquistado tres veces la Champions League no lo hace inmune a la campaña actual, que incluye una eliminación sorpresiva en la Copa del Rey y una campaña europea con más dudas que certezas, clasificando ajustadamente en la fase de grupos.

En medio de ese contexto, el club confirmó este martes que su presidente, Florentino Pérez, dio “positivo en las pruebas de COVID-19 a las que se somete periódicamente. Más allá de que “no presenta ningún síntoma”, la noticia preocupa porque el empresario que preside el club merengue desde 2009 tiene 73 años.