Real Madrid logró un resonante 4-0 visitando al Barcelona en el Camp Nou por la semifinal de vuelta de la Copa del Rey, resultado más que suficiente para dar vuelta el 1-0 sufrido en la ida en el Santiago Bernabéu y avanzar a la final.
Después del encuentro, Carlo Ancelotti entró al vestuario, se dirigió a sus dirigidos y los felicitó. “Sentarse en el banquillo y ver el partido así es un orgullo para mí y para todos nosotros, que trabajamos con vosotros”, expresó el italiano ante la mirada del plantel.
Pero el silencio del camarín, que observaba atentamente a quien se adueñó
de la escena, se convirtió en gritos y euforia tras un inesperado mensaje del hombre que sigue demostrando por qué escribió un libro titulado Liderazgo tranquilo:
“¡Día libre mañana!”, exclamó Carletto, para la felicidad de todos.