“Es mi trabajo, mi deber, y hay que estar preparado. Por suerte pude estar a la altura”, valoró Randall Rodríguez sobre su actuación, minutos después del triunfo uruguayo por 1-0 sobre Colombia en el inicio del hexagonal final del Sudamericano sub-20 en Bogotá.
“Sabíamos lo importante que era empezar ganando y teníamos en mente eso, pero todavía no conseguimos nada”, advirtió el arquero de la Celeste, quien al ser consultado por el secreto de Uruguay para enfrentar a los locales en distintos torneos fue claro: “Acá o en todas partes del mundo nos respetan”.
“Lo que tiene Uruguay es un grupo tremendo. Yo quiero que les vaya mejor a mis compañeros que a mí, y así es para todos igual. Esa es la clave que tenemos nosotros”, indicó el guardameta, quien se siente respaldado por el resto del plantel y el grupo de trabajo.
“El cuerpo técnico y mis compañeros me dan mucha confianza, y sin esa confianza es difícil. Lleguen una, dos o 10 veces, hay que estar preparado. Estamos en la selección uruguaya y para algo entrenamos”, agregó el guardameta de Peñarol, clave para el resultado con sus atajadas.
Sobre su mejor intervención en el partido, eligió la del minuto 28 del segundo tiempo, cuando ahogó un mano a mano con Alexis Castillo Manyoma. “La que me pegó en el pecho. Quedó todo el equipo para el lado izquierdo y cuando la abrió no sabía si iba a pegarle al arco o iba a llevarla para adelante. Cuando la adelantó, achiqué lo más que pude”, explicó.
Si bien en el arranque del partido no se lo vio cómodo por lo rápida que estaba la cancha, mojada y con el corte de césped al ras, luego se afianzó. “Antes de empezar el partido, cuando estuve calentando, les dije a Lucho [Luciano Rodríguez] y al Cepillo [Franco González] que le pegaran mucho al arco porque la cancha estaba rápida y traicionera. O te picaba rápido para abajo o para arriba. En la primera, que me pegó en la boca, suerte que estaba Facundo [González]. No te da confianza para agarrarla”, comentó.