Olvidada por años en la sede de Rampla Juniors, vio pasar dirigentes, jugadores, buenos y malos momentos, quiebres y recuperaciones económicas, hasta que en el 2022 alguien se acordó de ella.
Guardada en un cofre, como esos objetos que uno tiene como recuerdo de un pasado mejor, allí estaba, esperando el momento de volver a cobrar protagonismo para transformarse nuevamente en un patrimonio de interés mundial.
Indeleble al paso del tiempo, la pelota con la cual se jugó la final del Mundial de 1974 entre Países Bajos y Alemania Federal en tierras teutonas y que terminó con victoria de los germanos por 2-1, volvió a brillar por peso propio, esta vez con el de la historia marcada en cada uno de sus gajos.
La Adidas Telstar Durlast fue la primera pelota mundialista fabricada por la compañía alemana y es de cuero revestido con poliuretano: material sintético flexible e inalterable con el frío, que le daba brillo, resistencia a la abrasión, mayor impermeabilidad y mantenía su forma.
Conformada por 32 paneles, 20 hexágonos blancos y 12 pentágonos negros para mejorar su visibilidad en los televisores, volvió a renacer para darle a los picapiedras un camino para llegar a un ingreso económico inesperado.
La historia
La pelota llegó a Rampla Juniors hace unos 19 años tras la donación de su ex presidente Ramón Barreto reconocida gloria del referato uruguayo que actuó como primer asistente en la final disputada el 7 de julio en el Estadio Olímpico de Múnich.
Y junto a ella estaba una certificación notarial del 30 de junio del 2003 donde Barreto confirmó la existencia y legitimidad del objeto cedido.
“El señor Ramón Barreto Ruiz declara que es propietario del balón (pelota) de fútbol utilizado en el encuentro que participó como primer línea asistente en la terna arbitral designada por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (F.I.F.A.) correspondiente a la final que se disputó en el marco del Campeonato Mundial de Fútbol en Alemania en el año 1974 entre los seleccionados de la República Federativa Alemana y Holada”, establece el documento al que accedió FútbolUy, y agrega: "a modo de tradición, el donante declara que ha entregado a la institución donataria el balón de fútbol objeto de este contrato, firmado por el donante, transfiriéndole en consecuencia los derechos de propiedad y posesión que sobre él correspondían”.
“Barreto siempre nos contaba la historia”, relató Daniel Bianchi, actual presidente de Rampla Juniors y narró: “una vez que finalizó el partido solicitó y se quedó con el balón con que se jugó e hizo el segundo y definitorio gol, Gerd Müller. Luego decidió donarlo al club de sus amores”.
Interesados
Desde que la historia surgió a la luz gracias a una publicación de FútbolUy, la noticia fue replicada en medios de varios países y con ello comenzaron a aparecen los interesados para participar en la subasta que se está coordinando y realizará en corto tiempo.
“Nos llamaron varias casas de subastas nacionales y del exterior para ofrecer sus servicios y también un coleccionista muy importante a nivel mundial nos preguntó cual sería el precio base (el cual aún no se estableció) y nos informó que va a participar de la misma”, contó Bianchi más tarde.
“Es una forma más que tiene Ramón (Barreto) de ayudar a su querido Rampla y me imagino que estará muy feliz", mencionó Bianchi para cerrar.
La expectativa del club es importante y la pelota, esa que estaba casi olvidada en el club y por estas horas vuelve a brillar, como un tesoro de 1974 recién desenterrado.