Enviado a Río de Janeiro
Una vez finalizado el partido entre Peñarol y Botafogo en el Nilton Santos de Río de Janeiro, se dio un nuevo cruce entre los hinchas carboneros y la policía brasileña, que ingresó en la tribuna Sur, donde estaban apostados.
En la pantalla gigante del estadio se anunció que los parciales visitantes que se quisieran ir del Nilton Santos antes de tiempo lo podían hacer antes de los 35 minutos de la etapa complementaria.
Algunos simpatizantes mirasoles lograron hacerlo, ni bien Botafogo anotó el quinto gol, pero casi de inmediato se cerraron las puertas, lo que generó que se agolpara público sobre el acceso.
Una vez finalizado el encuentro, la policía quiso evitar la salida de los hinchas, quienes ni siquiera pudieron bajar a la zona de venta de comidas y refrescos. Las fuerzas del orden irrumpieron en la tribuna de forma violenta y eso generó molestia, lo que, sumado a algunos pocos que rompieron los asientos plásticos y los comenzaron a arrojar, derivó en momentos de represión y palazos.
Varios hinchas fueron marcados por las autoridades y terminaron de espalda a la cancha, y a otros los obligaron a sentarse bajo la amenaza de que pasara a mayores.
Todo se fue calmando con el correr de los minutos mientras los torcedores del Fogão abandonaban el escenario festejando una goleada con sabor a final de Libertadores.
Cuando el panorama estaba tranquilo, entró una ambulancia a la tribuna para atender a un fanático carbonero que sufrió cortes en la cabeza.