En la Copa Libertadores del año pasado se dio un hecho insólito. Jugaban la vuelta de los cuartos de final entre Cerro Porteño y River Plate. Ni bien llegó el conjunto millonario a Paraguay ocurrió un hecho inesperado: la policía detuvo a Nicolás De La Cruz.
¿La razón? Por un antiguo incidente que había protagonizado con Liverpool en ese país. El volante uruguayo no terminó en la cárcel gracias a la intervención del paraguayo Nelson Cuevas, exjugador de River Plate.
Pipino, en una entrevista con el Diario Olé, contó cómo se dio todo: "Esa vez fui una especie mediador". Además, dejó en claro que esto provocó que la "gente de Cerro Porteño se enojó muchísimo conmigo por haberlo ayudado y que no haya ido a la cárcel".
"¡Los de Cerro me dijeron de todo! Por grupos de WhatsApp pasaron mi número de celular y me empezaron a llover amenazas de toda clase. No pasó a mayores, gracias a Dios, y con el tiempo se solucionó todo porque saben que yo soy una buena persona y no soy conflictivo", sentenció.
De La Cruz no fue preso y, además, fue clave en ese partido: convirtió el gol del empate que le aseguró a River Plate el pasaje para la semifinal de la Copa Libertadores donde lo esperaba Boca Juniors.
Pipino aseveró que el volante uruguayo le agradeció el gesto: "¡Me regaló la camiseta con la que le hizo el gol! Se nota que De La Cruz es un pibe bárbaro, es un chico agradecido y por eso mi respeto y admiración hacia él".
Por último, recordó cuando De La Cruz lo llamó para saber cómo estaba después que, por segunda vez en su vida, Cuevas se agarró dengue: "Cuando yo estuve enfermo él me llamó para ver cómo estaba. Se ha portado muy bien conmigo. Le deseo lo mejor, se lo merece, y seguro que seguirá cosechando buenas cosas porque tiene un gran futuro por delante".