Santiago Vidal, base del Aguada campeón de la Liga Uruguaya de básquetbol 2023/24, habló tras la coronación en la transmisión de VTV y se refirió a los hechos que lo tuvieron como protagonista en la serie ante Peñarol, con situaciones extradeportivas como una citación a Fiscalía en calidad de víctima por amenazas, y acusaciones de racismo de parte de Jayson Granger tras la segunda final, disputada el 6 de junio.

“Fue una semana muy compleja y difícil, desde todo punto de vista, para mí y para mi familia. Siento que la paciencia que he tenido sale a la luz con el tiempo. Sé que fue duro y me han pedido que saliera a defenderme, pero no se puede subestimar así a la gente. La gente no es tonta y sabe”, comenzó diciendo el Pepo, quien hasta el momento no se había pronunciado sobre los referidos episodios.

“Hace 17 años que compito. Me ha tocado ganar y perder, y no voy a cambiar como ser humano ni me dignifican los títulos que he obtenido. Eso la gente lo tiene que saber y los niños lo tienen que aprender. Cuando ganás, festejás. Y cuando perdés, que me ha tocado un montón de veces, saludo al que tengo enfrente y me voy a mi casa”, agregó Vidal, quien cumplió 35 años el pasado 5 de junio.

El título “de la dignidad, la lealtad, la educación y los valores”

El Pepo lamentó “la bajeza que se ha llegado”. “No pensé que me tocara vivir algo así en mi carrera. Pero siempre se aprende algo nuevo. No siento que haya ganado un título deportivo. Yo gané otro título que es mucho más importante: el de la dignidad, la lealtad, la educación y los valores morales. No estoy dispuesto a ganar o perder a cualquier precio. Mi carrera no se trata de eso”, señaló.

“No voy a ser mejor persona mañana porque salí campeón con Aguada. Tendré que llevar a mis hijos al colegio, como cualquiera, y podré mirar a todas las personas de la misma manera. Me he equivocado incontables veces, pero al otro día hay que pedir disculpas, porque el deporte no funciona así, y la vida tampoco”, sostuvo Vidal, a quien Granger tildó de racista por presuntos insultos que se habrían dado en la cancha.

“Podés engañar a alguien dos o tres días, y capaz que la gente se puede llegar a engañar. Pero no se puede subestimar la capacidad intelectual de las personas. No voy a decir nada en una red social porque la gente me conoce hace mucho”, indicó el Pepo.

La olla de agua caliente: “He tirado el agua hirviendo hacia otro lugar”

Vidal dijo entender el hecho de que su rival estuviera 2-0 abajo porque “hay un gris” entre la presión y la frustración, pero no a cualquier precio. “Puedo entender que haya presiones para ganar y que la expectativa fuera alta. Pero cuando la olla tiene agua y el fuego le está dando de abajo, sostenés la olla pero no podés tirársela al de enfrente”, expresó.

Foto: Martín Martínez / FocoUy

“Yo he estado en situaciones críticas, deportivamente, y la olla la tenés que tirar arriba tuyo. No vale cualquier cosa. Yo tengo el camino claro. En mi carrera he tirado el agua hirviendo hacia otro lugar. El año pasado podíamos pelear un tricampeonato y me tocó perder. Saludé uno por uno a los de Nacional, saludé a la gente de Biguá y me fui a mi casa. Y la vida sigue”, agregó, en referencia a las semifinales perdidas cuando defendía a Biguá.

Por otra parte, agradeció “a los jugadores de Peñarol” por su actitud. “Las cosas son muy claras y me lo hicieron saber, y los extranjeros también. Me voy con eso. La gente de Peñarol me trató de maravilla. Mañana no estaré festejando un título deportivo más. Hoy gané otra batalla”, destacó.

La pregunta clave del hijo y el arrepentimiento por no denunciar

El 6 de junio, tras el triunfo 97-90 en cancha de Aguada para ponerse 2-0 arriba en la serie, Granger lo amenazó con “gestos aberrantes” que fueron captados por las cámaras televisivas. “Al otro día me tuve que hacer una ecografía, porque físicamente no estoy bien, y de ahí a la casa de Flavio Perchman [directivo de Aguada] a conseguir un abogado. Fui a Fiscalía, estuve sin almorzar, y de Fiscalía a buscar a mi hijo al colegio. Cuando llegué, me preguntó por qué me habían querido cortar el cuello”, comentó al borde del llanto.

“En Fiscalía actué de una manera y me faltó tiempo y procesar sentimientos, y no hice lo que debería haber hecho. Fue duro para mí porque en los días posteriores sentí que me había traicionado a mí mismo”, dijo Vidal, quien tras ser citado en calidad de víctima optó por no denunciar a Granger, por lo que el caso se archivó.

“Mi hijo de seis años estuvo preocupado. Entiende, ve el partido, y se lo comentó a la maestra. Yo puedo soportar cosas, pero mi mujer y mis hijos… se llegó a un límite que no se puede tolerar”, lamentó el Pepo, quien esperaba una disculpa que nunca llegó.

“El día que tenga que hacer eso para jugar, me voy a mi casa”

“Si alguien me tiene que decir algo, me lo tiene que decir en la cara. Yo me puedo equivocar, pero el valor más importante es pedir disculpas. Hay límites que no cruzo. Ya me tocó ganar de una manera y me ha tocado perder. Estábamos 2-0 arriba en la serie. La gente no es tonta. El día que tenga que hacer eso para jugar, me doy vuelta y me voy a mi casa”, indicó.

“Estuve tres días en los que no comí ni dormí. En el Palacio Peñarol, no estuve”, expresó en referencia a la tercera final, que fue victoria de Peñarol por 95-78 el 10 de junio.

“No me había pasado en mi carrera que llegaran a lugares tan bajos. Si me tocaba perder con Peñarol, era lo mismo: iba a saludar como cualquier deportista. Al final, siempre es competir, adentro de la cancha. Las cosas son bastante claras. Cara a cara, voy con quien sea. Pero no se puede tapar el sol con un dedo”, manifestó.

“Gané otro título”, reiteró sobre el final de la nota. “No me sirve la red, la medalla ni la copa. No las colecciono y no es lo que me hace diferente. Si algo me caracteriza no es la victoria ni la derrota; es la forma que tengo de afrontar la vida”, concluyó.