El clima en el Parque Viera fue de alto voltaje por la situación que vive Peñarol en la actualidad, donde no solo empató con Wanderers sin goles, llegando a seis partidos consecutivos sin ganar, sin entrenador definitivo tras la salida de Arias y con los cuestionamientos al área deportiva y dirigentes.

Ya en el complemento del juego los reclamos comenzaron con los coros de “un poco más de huevo” por parte de los más de dos mil hinchas presentes, para que finalizará con el más duro: “que se vayan todos que no quede ni uno solo”.

El pitazo de Matonte que cerró el empate a cero, inició una silbatina que fue de menos a más y terminó con insultos y gritos a los futbolistas cuando se metían al vestuario.

Pero lejos de terminarse aparecieron algunos proyectiles que partieron desde una de las tribunas cabeceras hacia el ómnibus que trasladó al plantel rumbo a Los Aromos tras culminar el juego.

Y el pico de gritos, insultos y pedido de renuncia se dio cuando se vio a Pablo Bengoechea, director deportivo, dejando el estadio para subirse al transporte, alguien que para muchos parciales es uno de los grandes responsables de este magro momento.

Todo tendió a tranquilizarse cuando apareció la fuerza de choque para calmar la situación solamente con su presencia y permitir una rápida salida del equipo del Prado.