Lucas Hernández, autor del primer gol de Peñarol en la victoria 2-0 sobre Atlético Mineiro por la Copa Libertadores, contó que el festejo de aquel gol, anotado el 14 de mayo, le “salió caro, pero valió la pena”, dado que tendrá que operarse y estar entre dos y tres semanas al margen, según explicó al programa Minuto uno de radio Carve Deportiva.

En el partido siguiente, ante Defensor Sporting, se lo vio con una venda amarilla en la mano izquierda. “Fue a causa del festejo que me embromé un tendón del dedo. Cuando estaba en el alambrado sentí como que se desenganchaba algo. Cuando terminó el festejo y me estaba posicionando para la reanudación, cerraba la mano y un dedo no me volvía”, recordó.

“Le dije al doctor, me lo vendó enseguida y me explicó lo que podía ser. Ahora me tengo que operar. Hoy estamos en la pelea con el doctor. Espero que, como mucho, sean dos semanas, o máximo tres. El tema es no tener contacto. Una vez que me opere, a los dos o tres días voy a poder entrenar, pero sin contactos ni forcejeos”, agregó.

Respecto a la clasificación a octavos de final, dijo que “fue algo muy importante para el club” porque “hacía mucho tiempo que no pasaba”. “Para los jugadores y el cuerpo técnico era uno de los grandes objetivos que nos planteamos cuando empezó el año. Lo disfrutamos y ahora a prepararnos para lo que viene, que será muy duro”, indicó.

El entrenador, su nueva posición y la renovación del contrato

Consultado por Diego Aguirre, valoró “su idea” y el cuerpo técnico, con una impronta que “lo caracteriza mucho”. “Tiene algo, que no sé qué es, que lo ha demostrado en este tiempo. Le llega al grupo de una forma increíble y nos potenció mucho. Todos entendieron la idea y hay un muy buen ida y vuelta con el cuerpo técnico. Eso es fundamental para conseguir objetivos”, destacó.

Sobre su nueva posición en el campo de juego, donde se lo vio adelantándose unos metros desde la defensa a la zona de volantes, dijo que si bien le “gusta mucho de lateral para llegar con sorpresa y todo lo que conlleva jugar de lateral”, hoy se siente “cómodo” como mediocampista por la banda zurda “y a veces hasta de interno”.

“Va en la confianza que me dé para jugar ahí y estar a la orden. Sabe que estoy a disposición para entrar o acompañar desde afuera”, agregó sobre Aguirre. “Él y el plantel lo saben. Hoy me siento muy bien de interno, que es donde estoy entrando”, añadió, y recordó que la primera vez que lo puso en esa posición le preguntó qué hacer.

Su contrato vence a mitad de año, y si bien aún no empezó a dialogar por una posible renovación, se mostró optimista en cuanto a la posibilidad de quedarse. “Empezaremos a hablar en cuestión de días, si Dios quiere. Quiero quedarme”, concluyó.