Gonzalo Moratorio, directivo de Peñarol, evaluó la sanción que le impuso la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) a su club por los incidentes ante Rosario Central en el estadio Gigante de Arroyito, donde a su entender “había varias situaciones” a evaluar, desde los incidentes en la tribuna hasta los presidentes increpándose dentro del campo.
“Eran las banderas, las bengalas, la gente de seguridad en el alambrado y la llegada tarde al estadio, pero por suerte eso último lo entendieron porque nos pasearon por Rosario. Y estaba el tema de ambos presidentes. Fue una multa comprensible dentro de los parámetros que maneja la Conmebol”, dijo al programa Minuto 1 de radio Carve Deportiva.
Sobre el castigo para Rosario Central, está “de acuerdo con algunas cosas, y con otras no”. “La multa podría haber sido mayor, pero eso no nos genera ningún beneficio directo. Tiene otras consecuencias que pueden afectarlo a nivel deportivo, como jugar a puertas cerradas un partido clave contra Atlético Mineiro y perder una tribuna ante Caracas”, evaluó.
Pagar la multa para que no vengan los canallas
“No estamos de acuerdo con que la gente de Rosario Central pueda venir al Campeón del Siglo porque sabemos que quedaron heridas abiertas. Advertimos esto a la Conmebol pero no fuimos escuchados, así que van a tener que venir, o Peñarol pagar la multa”, dijo, en referencia a la posibilidad de no poner entradas a la venta para visitantes en ese partido. En ese caso, Peñarol debería pagar una multa de 20.000 dólares.
“Algunos directivos la evaluaron y piensan que es algo viable. Pienso que lo hablaremos en el Consejo Directivo, con sus pros y sus contras. Falta bastante”, explicó sobre la posibilidad de abonar esa multa.
Sería “por darle seguridad al público y para que no haya inconvenientes que generen consecuencias al Campeón del Siglo y a Peñarol en general”, priorizando esos aspectos sobre el hecho de que “se pierde la recaudación de 2.000 boletos al precio que se cobra a los visitantes”.
Incidentes en Brasil
Sobre los incidentes en el estadio de Atlético Mineiro, donde los locales denunciaron gestos racistas, dijo saber que fueron “con la policía en general, y eso generó que se tirara gas pimienta para dispersar y bajar la tensión”. “Se logró el efecto con la policía ingresando, pero generó consecuencias en la gente, que estaba llorando y no podía respirar. A nosotros abajo en el palco nos afectó”, contó.
“Hay heridos por balas de goma, pero son de baja consideración, y no hay detenidos. Desde ese punto de vista fue una situación complicada, pero podría haber sido más”, añadió, y dijo no saber el origen de la situación. De haber alguna denuncia formal por racismo, “se evaluará”. “Se trataría notoriamente de un acto repudiable pero evidentemente individual. Trataremos de identificar a esa persona para que sea castigada dentro del margen de la ley de inhabilitación de los espectáculos deportivos”, adelantó.
Por último, confirmó que el avión llegó atrasado. “Demoramos un poquito más con la cena, que fue de camino, y tardamos una hora y media porque no había personal en el aeropuerto para pasar las valijas por los rayos X”, concluyó.