“Hay una conclusión que sacamos día a día y tiene que ve con los indicadores. Una vez el presidente me habló de los indicadores en un momento complicado institucionalmente porque no veníamos bien. Hoy los indicadores nos dan bien por todos lados. Se entrena muy bien, hay armonía y nada indica que las cosas tengan que salir mal, pero es fútbol y no siempre gana el más poderoso ni el que juega mejor. La clave fue confirmar esos indicadores”, dijo Mauricio Larriera tras el 1-0 sobre Nacional.
“Estamos en una reconstrucción y jugamos con una línea de cuatro prácticamente nueva”, recordó. “Hoy estamos contentos por haber ganado un clásico, que siempre es importante, pero no me olvido de que tenemos sólo cuatro puntos. Soy muy autocrítico y hasta sincericida, dijera un amigo. Tenemos que ser más eficaces en el área rival”, comentó el director técnico del equipo carbonero en conferencia de prensa en el estadio Campeón del Siglo.
“Hoy el equipo fue pragmático. Por ahí no se vio el juego que habitualmente tenemos, pero en otros partidos se vio y no logramos el resultado. No puedo esperar que la justicia esté de mi lado. La entrega de los muchachos defendiendo hasta el final y, para mi gusto, ganando a lo Peñarol. Me gustaría acostumbrarme más a ganar a lo Peñarol. Ganando de otra manera hemos hecho cosas importantes, pero para aquellos que reprochan un poco el estilo, hoy se dio una muestra de carácter. Esa es la palabra para ganar un partido tan importante”, analizó.
Consultado por Ramón Arias, recordó que “hace más de un año que andaba atrás de él”. “Lo tuve en Defensor y se pone la camiseta de Peñarol y es garantía. Era muy difícil que no llegara a jugar porque es un león, pero si no llegaba tenía la tranquilidad de Edgar Elizalde, que está haciendo un campeonato bárbaro y por quien fuimos muy criticados cuando se lo contrató”, señaló.
Sobre el entretiempo y la charla a sus dirigidos, dijo que “lo primero que uno tiene que generar es confianza y que haya equilibrio emocional”. “Estos partidos se juegan no con el corazón, sino con las vísceras y también con la cabeza fría. En eso hicimos hincapié. Ordenamos el sistema y pasamos a un 4-4-1. Pedimos a los externos que se cerraran un poco más hasta que aguantaran”, comentó.
“Si bien no había trabajado la línea de cinco, cuando vi que entraba Gigliotti pasé a línea de cinco porque tenemos tres buenos zagueros, además de Agustín da Silveira y Matías González. Sin la necesidad de trabajarlo, sabía que la jerarquía y la experiencia de los jugadores nos iban a dar buenos réditos. Dejamos a Canobbio porque tenía más oficio de volante, porque primero había que defender. Ypusimos a Bentancourt por el Canario porque tiene otro tipo de despliegue y por la pelota parada”, explicó.
“Como entrenador me emociona mucho ver a la gente, que de repente espera un determinado tipo de fútbol, pero de lo otro también hay. Nunca se abandonó”, agregó Larriera, quien volvió a confiar en Ignacio Laquintana como titular y contó una anécdota que se dio en Los Aromos y fue la génesis del gol de Pablo Ceppelini.
“A Nacho anoche le hice ver un penal en un partido del fútbol argentino en la concentración. Y le dije: ‘Esos son los penales que te van a hacer a vos. Pero no te tires. Que te peguen’. Por experiencia lo digo. Un año estuve esperando eso. Y ahora cuando terminó el partido me dijo que vio el penal”, narró.
Sobre el momento de Agustín Álvarez Martínez, explicó: “Vino de un mes de vacaciones. Cuando llegó, se agarró covid. Y cuando vino, lo tiré a la cancha por una sola razón: tenía la posibilidad de ser citado a la selección. Lo hice pensando en él. Lo quiero mucho, no tiene techo y es una de las joyas de nuestro fútbol. Muchas veces he dudado en sacarlo. Es del estilo de Facundo Torres en su momento, porque siempre de él se espera algo. Hoy por características tenía que salir él y lo entendió bien”, concluyó.