“Cuando vi el fixture que quedaba, era dificilísimo. Al otro día me levanté y acepté el desafío, para intentarlo. Y lo logramos”, contó el entrenador de Cerro Largo, Mario Saralegui, al programa Las voces del fútbol de Radio 1330 un día después de concretar la permanencia en Primera División de su equipo, gracias a la victoria 2-1 sobre Rentistas.

El artiguense se sintió muy cómodo en Melo porque “es una ciudad muy parecida a Artigas”, aunque “tiene la frontera un poco más lejos, pero te ves todos los días con una gente que tiene mucha amabilidad”. Desde esa comodidad cotidiana, empezó a construir una solidez que lo llevó a ganar 17 de 24 puntos posibles.

En la planificación y el trabajo ponderó a Ignacio Ordóñez, quien fue su asistente pese a que no lo conocía de antes. “Es un muchacho sensacional, con una capacidad increíble. Con todos estos temas nuevos de la computación nos ayudó muchísimo. Es un gran entrenador”, valoró.

Las claves del trabajo: la defensa y el diálogo sobre el miedo

“Como en todo equipo del interior encontramos carencias y jugadores que no son del departamento que no están viviendo en los mejores lugares. Pero esas situaciones límite nos fueron poniendo fuertes”, recordó.

“Hay siete jugadores que descendieron el año pasado. En estas situaciones específicas, y típicas de miedo, hay que afrontarlo. Hablamos mucho del descenso y de la diferencia que hay entre bajar y no bajar. Hablamos de cómo cada pelota teníamos que pelearla como si fuera la última, pensando en eso”, agregó.

“Trabajamos mucho lo táctico defensivamente porque casi todos los goles recibidos eran jugadas en las que salían a atacar, perdían la pelota y quedaban mal parados. Armamos una defensa muy sólida, a veces de hasta nueve jugadores, y jugamos al contragolpe”, dijo sin ruborizarse.

“Se empezaron a dar los resultados, y empezaron a tomar confianza en los trabajos y en lo que tenían que hacer. Ganamos en un fútbol donde ya no se defiende con tanta gente y hay retrocesos rápidos, pero no nos podían entrar”, destacó Saralegui, y volvió a elogiar a sus dirigidos.

Peñarol: el último rival

En la última etapa recibirá a Peñarol, sin la presión de ganar para un objetivo inmediato. Si bien afrontará ese duelo ante el club de sus amores, que llegará necesitado para meterse en la Copa Libertadores, con “la seriedad de siempre”, valoró que sea “sin esa mochila de mil kilos que teníamos del posible descenso”.

Sobre el momento de los carboneros, fue muy claro: “Hay un tema que es clarísimo y viene de arriba. Entra gente inexperta a todos los niveles de organización del club, como un presidente que nunca fue presidente y un área deportiva que nunca fue área deportiva. Después empezaron a mezclar cosas”.

“Está todo bárbaro, pero poner a Bengoechea de gerente deportivo es como ponerlo de golero. ¿Cuánto tiempo le va a llevar conocer el cargo? Es un cargo jodido en el que hay que estudiar, vincularse, mirar jugadores. Tenés que estar continuamente trabajando”, sostuvo.

“Paga las cuentas el que le sobra la plata”

Saralegui recordó que cuando Peñarol transfirió a Facundo Pellistri al Manchester United “recibió 1.100.000 dólares”. “Ya vendiéndolo aseguraba el año, pero desarmaron todo el equipo. Y empiezan con el tema de pagar las cuentas, pero paga las cuentas el que puede, al que le sobra la plata”, opinó.

“Si se te desarmó el plantel, entiendo que es difícil traer jugadores porque son caros, pero en Perú hay jugadores de selección que ganan 20.000 dólares. Y en Argentina lo mismo”, dijo, y agregó que “no podés cambiar 12 o 14 jugadores, porque a algunos les cuesta adaptarse”.

Además, en la misma línea, recordó que “la camiseta de Peñarol pesa toneladas” y que “no es fácil llegar y jugar bien”. “Me acuerdo de Darío Silva y Bengoechea, unos fenómenos que llegaron y jugaron. ¿Pero cuántos pasaron sin jugar un partido bien? La hinchada de Peñarol, cuando ganás a estadio lleno, es sensacional. Pero cuando perdés, te juega en contra”, opinó.

“El problema es el que hay siempre en temas políticos: se pone en áreas importantes a gente que no tiene capacidad para hacer la tarea bien. Eso es lo que pasó en Peñarol y hoy están pagando las consecuencias”, señaló, y consideró que “da la impresión de que se trabaja tapando agujeros”.

“A Peñarol lo han querido aggiornar mucho. Tiene un gimnasio espectacular, lleno de máquinas, con nutricionista y todo. Pero a Peñarol lo hicimos nosotros, cargando los bolsos y las pelotas como hacen los jugadores de la selección uruguaya. Lo primero que tienen que tener es la humildad de saber que son figuras en el mejor cuadro del Uruguay y uno de los mejores del mundo. Pero llegan ahí, se ponen la camiseta, empiezan a tuitear, a esto, lo otro… y cuando quieren ver, no pueden con una pelota. Y cuando llega la hora de la verdad, les cuesta”, concluyó.