El parate de tenis mundial fue un "oasis en el desierto" para Pablo Cuevas, quien aprovechó cada instante para disfrutar de la familia, estar en casa y dedicarle tiempo a cosas que por mucho tiempo no pudo hacer.
Ahora, ya esta en plena puesta a punto para retomar la actividad, con las precauciones del caso, sin excesivo entusiasmo por retornar en los torneos en Estados Unidos, pero si hacerlo en la gira europea.
Su presente, la Copa Davis, los temores por la crisis sanitaria, el posible retiro y más, fueron algunos tópicos que tocó en charla con FútbolUy sin desperdicio junto al mejor tenista uruguayo de la historia.
¿Cómo vivió este tiempo de paralización de la actividad por la crisis sanitaria y que tanto lo afectó?
La verdad que me lo tomé muy bien, había arrancado el año el 25 de diciembre y competí todas las semanas de enero y febrero sin parar. De alguna manera cuando recibí la noticia, sin pensar en la gravedad del caso, fue como un alivio, me dije: "qué bueno se suspende Indian Wells, me voy 20 días a casa y arranco en Miami". A medida que fue pasando el tiempo y sacando todo lo malo que conlleva esta crisis sanitaria, es un parate que me vino bárbaro para estar un tiempo en mi casa, después de tantos años de circuito. Nunca había estado más de quince días seguidos y pude disfrutar de estar en Uruguay, con la familia, sin la presión de la competencia y estar expuesto a un resultado. Fue un descanso para vivir un montón de cosas a las cuales no estaba acostumbrado.
¿Y cuál es su presente?
Ahora ya estoy entrenando duro y preparándome para lo que viene. Si bien están confirmados un par de torneos en Estados Unidos, incluyendo el US Open, hay ciertas dudas de que se puedan realizar porque allí la situación está muy complicada. Estoy muy bien físicamente, con ganas de retomar, mientras que tenísticamente me voy poniendo a punto, más teniendo en cuenta que quedan aún varias semanas por delante. Las ganas y la condición física serán importantes para la vuelta.
¿Tiene definido su calendario para el retorno a las competencias?
Lo estamos estudiando con el equipo. Hay mucha incertidumbre, no se tienen claro los protocolos o se van modificando casi semanalmente. Para la gira norteamericana, por ejemplo, se puede ir con un solo acompañante, por ende, hay que elegir muy bien si tiene que ser el entrenador y fisioterapeuta. No estoy muy entusiasmado con ir a Estados Unidos por el tema de lo difícil que está la situación, pero si con muchas ganas que arranque en Europa donde creo que las cosas están mejor.
¿Cambiaron en algo sus objetivos personales con estos meses de inactividad?
No, se mantienen los mismos. Después del 2018 que había perdido un poco el entusiasmo, el cual recuperé el año pasado, lo macro pasaba por mantener esas ganas, disfrutar, dar todo en la cancha, pero también animarme a hacer cosas más agresivas en la cancha y no tener nada para reprocharme tras cada partido. Además, quiero mantenerme dentro de los 40 del ranking para no tener que jugar la clasificación en los Masters 1000 y poder tener el calendario más armado desde el comienzo de cada gira.
¿Le genera miedo el hecho de viajar constantemente en plena época de pandemia y jugar en países afectados por la misma?
Miedo no, pero lo cierto es que voy a tomar medidas, cuidarme, estar atento, por eso no tengo un gran interés de ir a Estados Unidos ya que es como meterse en la cueva del lobo y si me contagio, me voy a perder la gira de polvo de ladrillo en Europa, a la cual no quiero faltar por nada. Por la situación global que hay, no sé si mi familia viajará a acompañarme, es algo que se definirá analizando en el momento y teniendo en cuenta cada situación particular.
¿Piensa en mantener la doble actividad con circuito y Copa Davis, representando a Uruguay?
Falta muchísimo para la Davis y como están las cosas aún no se que voy a hacer el mes que viene. Falta un abismo, la idea es poder estar, estamos en un grupo competitivo, seguimos cerca de estar en el repechaje del grupo mundial, pero hay mucha cosas por delante. Hay que ver como se estabiliza todo, pero la idea es armar el calendario para llegar con energía y bien preparado a la Davis.
Con 34 años, ¿se puso a pensar en el momento de dar un paso al costado en la actividad?
No tengo una fecha límite, estoy bien físicamente y eso me da mucho aire. Gran parte de ese desgano del 2018 tuvo que ver con acarrear algún dolor que me sacaba mucho tiempo del día, tanto en la previa como al terminarlo: entradas en calor largas, trabajos regenerativos y fisioterapia que me desgastaron bastante. Hoy al estar bien desde ese lado, es otro panorama, no estoy evaluando, ni pensando en la retirada, sino que estoy pensando en estar más arriba en el ranking para que el circuito me entusiasme aún más. Todo esto debe estar acompañado de disfrutar mucho y tomarme las derrotas de otra manera. Hacer realmente lo que sé que tengo que hacer, sin miedos y eso va a ayudar a estirar la carrera.