Neymar fue denunciado por explotación laboral por parte de una extrabajadora doméstica

El astro brasileño Neymar fue denunciado en un tribunal laboral por “trabajo oculto” de una antigua empleada de hogar en su antiguo domicilio de Bougival, afueras de París, durante un año y medio. Según el diario Le Parisien, que desveló la información, esta mujer brasileña reclama 368.000 euros de indemnización en el tribunal laboral.

De enero de 2021 a octubre de 2022, “Neymar explotó la precariedad de nuestra clienta al imponerle condiciones de trabajo indignas, violando reglas elementales del derecho laboral”, escribieron sus abogados Caroline Toby y Vincent Champetie. El empleo de esta trabajadora sin permiso de residencia fue a tiempo parcial, que tenía que haber sido recalificado en trabajo a tiempo completo debido al número de horas efectuadas, según los abogados.

“Lamentamos que una personalidad así pudiera mostrar tanta falta de humanidad, echando incluso a nuestro cliente de su casa unos días antes de dar a luz de manera prematura, aunque se quejaba de dolores”, añadieron. Según los letrados, Neymar también es culpable de “violación evidente de las reglas legales de protección vinculadas a la maternidad”.

El despido, tras dar a luz, dejó a esta mujer “en la total indigencia, principalmente por su ausencia de registro en los servicios sociales”. “Después de acudir a la jurisdicción laboral, nos planteamos llevar el caso a la penal”, añadieron este miércoles.

Según la denuncia, la empleada trabajó para Neymar en su fiesta de 27 cumpleaños en febrero de 2019, antes de ser de forma puntual asistente de cocina y, desde enero de 2021, comenzó a estar de forma permanente al servicio del futbolista. Sus tareas, señaló, iban desde la limpieza a hacer las uñas a la pareja del futbolista Bruna Biancardi.

La demanda está acompañada de mensajes intercambiados por Marcia y la asistente personal de Neymar que probarían el trabajo de la mujer en casa del jugador brasileño. Agrega que trabajaba 9 horas al día de lunes a jueves, seis los viernes y sábados y 7 los domingos, a razón de 15 euros la hora y el doble los festivos. Aunque no tenía nómina, apuntaba las horas en un cuaderno, también aportado como prueba.