River Plate se llevó el primer tiempo con un planteo inteligente de su entrenador, y muy bien llevado a cabo por sus futbolistas. Juan Ramón Carrasco vio que el costado derecho de la defensa tricolor, en el lado de Alfonso Espino, estaba el talón de Aquiles de la zaga local.
Ese juego demostrado en la primera parte, el equipo de JR no lo pudo mantener y, debido a la presión de Nacional, comenzó a meterse atrás.
Y fue en ese lado que colocó a Bruno Montelongo, quien aprovechó e inquietó a Espino durante todos los primeros 45'.
Causalmente, fue por ese costado que se inició el gol de Santiago García para los darseneros pero en la mitad de la cancha.
Los jugadores tricolores perdieron el balón, y García la abrió para Rodríguez, quien envió un centro que despejó de forma fallida Polenta. La pelota terminó en los pies de Robert Flores que tiró el segundo centro en menos de 10'' y Espino se la sirvió al Morro, que de tijera le rompió el arco a Esteban Conde.
Nacional intentó llegar con un juego asociado y liderado por Ignacio González, pero la falta de atención de sus delanteros, casi siempre en posición ilícitas, y la defensa darsenera evitaron que los tricolores anotaran. De ahí es que la única situación para los tricolores fue un tiro desde afuera del área en los pies de Iván Alonso.
Para la segunda parte, Munúa adelantó las líneas y Nacional se lanzó, de forma más agresiva, al ataque. Los primeros minutos de la segunda mitad fueron un monologo tricolor, pero River se agazapo cuidadosamente y listo para salir, con mucho peligro, de contragolpe.
Fue de esta forma que los darseneros pudieron aumentar la diferencia, pero no pudieron. Para materializar esos contraataques, Carrasco mandó a la cancha a Michael Santos, delantero rápido y Fernando Gorriarán. Por su parte, Munúa quiso darle más juego a su equipo con el debut del argentino Alejandro Barbaro y con Rodrigo Amaral.
Los minutos pasaban en un partido que tuvo un ritmo digno de choque de dos propuestas futbolísticas que apuestan al ataque. Nacional no podía anotar pero llegaba y, a su vez, River jugaba de contragolpe y ponía en vilo a los hinchas tricolores.
El equipo de Carrasco cada vez se metía más atrás, cada vez más cerca de su arco y, como si fuera poco, tampoco pudo aprovechar las chances de contragolpe que tuvo, y eso JR se lo lamentó.
Amaral había ingresado para ser consecuente, y lo fue. A los 80' empató el partido gracias a un error de Gastón Oliveira, quien salió de mala manera en busca de la pelota. El juvenil tricolor cabeceó en la boca del arco y festejó emocionado el empate tricolor.
Oliveira volvió a salir mal, y a los 88' le dejó en bandeja el segundo gol a Santiago Romero, quien pateó de afuera del área y la pelota se coló en un arco que estaba huérfano de arquero.
Nacional dio vuelta un partido que se había presentado de forma muy adversa para los tricolores, y con actitud logró dar vuelta el resultado ante un equipo que jugó bien, pero que equivocó los medios para defender el resultado.
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