Alejandro Orellano, directivo de Nacional, dijo que tras la reunión de este lunes se resolvió “hacer valer los derechos” del club tras la molestia que le generó la derrota clásica del domingo en el estadio Campeón del Siglo, donde él y los demás dirigentes se sintieron “perjudicados”. Así lo expresó al programa ‘Hora 25’ de Radio Oriental, y explicó las denuncias presentadas ante el Ministerio de Salud Pública y el Ministerio del Interior.
“Nacional se ha regido por los protocolos que fueron oportunamente establecidos y aplicados por las autoridades competentes. Un protocolo donde debe haber una lista de ingreso a los espectáculos públicos, distanciamiento y una cantidad de gente limitada que antes nos manda sus datos. Nacional tiene esa norma, pero el domingo notamos que dicho protocolo no se cumplió. Había una cantidad de gente exorbitante y se cuadriplicaba la que había de un lado y del otro de la tribuna”, señaló.
“Como institución decimos que Nacional está orgulloso del cumplimiento que hace del protocolo. Como no nos vamos a detener a saber qué hizo tal o cual persona, o de qué manera, pusimos en conocimiento de las autoridades competentes los hechos para saber qué explicación hay. La figura de los hinchas (de Peñarol) que estaban atrás de la tribuna aparentemente no era para que hubiera cánticos de manera permanente durante el partido”, comentó Orellano.
“Velamos por tomar todas las precauciones. Ahora serán las autoridades competentes quienes deben verificar si se cumplieron o no los controles, tanto el Ministerio del Interior para saber cómo entró toda esa gente, como el Ministerio de Salud Pública, que es por un tema de cumplir con los protocolos. El que estuvo en el estadio sabe de lo que estoy hablando de la gente. Había una enorme cantidad”, lamentó.
El arbitraje también molestó
Orellano aclaró que “en estos momentos no hay que apurarse ni adelantar ningún tipo de acciones porque sería prejuzgar”. “Estos son los hechos al día de hoy y es necesario que Nacional como club reciba alguna contestación por las cosas que ocurrieron. Creo que la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) debería también indagar y saber en qué circunstancias fue el espectáculo, y de qué manera entró toda esa gente”, manifestó.
No menos molestia generó en Nacional el arbitraje de Pablo Giménez, y entienden que “el resultado fue totalmente modificado por fallos polémicos que incidieron claramente en el resultado”. “Podemos constatar errores técnicos en la apreciación de jugadas violentas y un penal de Formiliano que fue claro y notorio después de que Nacional se pusiera 2-2 y con el partido controlado. Nacional fue perjudicado notoriamente”, afirmó.
Orellano dijo que en tiempo real no le pareció falta de Mathias Laborda sobre Facundo Torres cuando se pitó el penal que derivó en el tercer tanto de Peñarol, pero puntualizó en que “cuando la jugada capital estuvo pitada hubo un claro adelantamiento de dos jugadores”.
“No creo que el árbitro no haya interpretado el reglamento porque hizo señas claras, pero a nuestro entender todas sus interpretaciones fueron frustrantes porque perjudicaron a Nacional en todas. Eso desnaturalizó un partido que lamentablemente terminó en incidentes. Eso genera un malhumor y una angustia por tener que lidiar con la injusticia”, concluyó.