Tras dos años sin jugar los playoffs, los Golden State Warriors están en la final de la Conferencia Oeste tras pisar el acelerador en el último cuarto para derrotar a los Memphis Grizzlies por 110-96.
Un soberbio 32-19 de los Warriors en el último cuarto rindió a los jóvenes, descarados y admirables Grizzlies. Klay Thompson, con 30 puntos (8 de 14 en triples) y 8 rebotes, fue el sostén de los Warriors hasta que en desenlace despertó Curry, que metió 12 puntos en el último cuarto y acabó el duelo con 29 puntos y 7 rebotes.
En un partido tan fiero y áspero resultaron asimismo fundamentales Draymond Green (14 puntos, 15 rebotes y 8 asistencias), Andrew Wiggins (10 puntos en el último parcial) y Kevon Looney (22 rebotes, 11 de ellos ofensivos).
Dillon Brooks (30 puntos) y Desmond Bane (25 puntos y 7 rebotes) lideraron a unos Grizzlies que perdieron el encuentro en el rebote (44 por 70 de los Warriors).
Warriors dominó el primer cuarto de la mano de Thompson, pero imponiendo su capacidad atlética e intimidatoria en defensa y con Brooks y Jackson Jr. marcando el ritmo de manera incesante en ataque, Memphis logró un asombroso parcial de 0-14 para darle la vuelta al marcador (44-51 con 4.26 para el descanso).
Sin embargo, un arreón en esos últimos cuatro minutos, con Curry aprovechando un momento flojo de Memphis, le dio a los Warriors la ventaja en la primera mitad (53-51) tras un parcial de 9-0.
Pese a que Wiggins suplió de maravilla a Curry durante su descanso, Bane colocó a los suyos por delante con un triple (87-89 con 6.55 por jugarse).
Con una tormenta de triples (tres de ellos de Curry) y ahogando a los Grizzlies en defensa y en el rebote ofensivo, los Warriors despegaron con un apabullante parcial de 19-5 en cinco minutos que desató la euforia en las tribunas y que hizo bajar la cabeza a Memphis.
No para
Un monumental Jayson Tatum, con 46 puntos, lideró a los Boston Celtics en el trascendental triunfo por 108-95 en cancha de los Milwaukee Bucks, pese a los 44 puntos y 20 rebotes del griego Giannis Antetokounmpo, y forzó el séptimo y decisivo partido en las semifinales de la Conferencia Este.
Tatum fue apoyado por los 22 puntos de Jaylen Brown, los 21 de Marcus Smart y por un dominicano Al Horford que capturó 10 rebotes y selló 4 tapones, clave para contener el ímpetu de los Bucks.
La tremenda actuación de equipo liderada por Tatum frustró una noche estelar de Giannis, quien logró 44 puntos y 20 rebotes, números que en los playoffs no se veían desde 2001, con Shaquille O'Neal como protagonista.
Sin embargo, el griego se quedó sin apoyo de sus compañeros. Metió 44 puntos de forma individual y sus demás compañeros sumaron 51. Demasiado poco para contener el hambre ganador de los Celtics.
Los Celtics tuvieron una ventaja de nueve puntos en el primer cuarto y la incrementaron hasta las diez unidades al descanso, en el 53-43, al resistir a un Antetokounmpo que rozaba el doble-doble ya en la primera mitad, con 21 puntos y ocho rebotes.
Si Tatum empezó fuerte, su tercer cuarto fue un auténtico recital. Disparó a su equipo hasta una ventaja máxima de 18 puntos en el 68-50 y contuvo la reacción de los Bucks.
Antetokounmpo lideró un parcial de 12-2 que colocó a los Bucks a ocho de distancia, pero dos jugadas maravillosas de Tatum restablecieron las distancias. Logró una jugada de tres puntos con una gran penetración en la pintura y, después, fulminó a Bobby Portis y conectó un tremendo triple para el 83-68.
Los Bucks, con siete puntos de Connaughton y un triple de Giannis, recortaron hasta tan solo cuatro puntos de distancia (85-81) y reavivaron los fantasmas para los Celtics.
Pero en el momento de máxima dificultad emergió Tatum con once puntos consecutivos para Boston que le devolvieron once puntos de ventaja en el 98-87. Su tremenda actuación, unida a una gran canasta de Smart, permitió a Boston entrar en los últimos 3:30 minutos de partido con trece puntos de margen.
Una ventaja que los de Boston mantuvieron con autoridad para forzar el séptimo partido en el TD Garden, la forma más cruel y a la vez más correcta para decretar el ganador de una de las series más intensas de los últimos años.