Con un perfecto e impresionante 14 de 14 en tiros, Chris Paul fue el líder soñado para los Phoenix Suns, que derrotaron a domicilio a los New Orleans Pelicans por 109-115 y se clasificaron para la segunda ronda de los playoffs del Oeste tras ganar la serie 4-2.
Brandon Ingram (21 puntos y 11 asistencias) fue el mejor de los Pelicans, en el que volvió a destacar el esfuerzo de Herb Jones (16 puntos) y el puertorriqueño José Alvarado (11 puntos).
En cambio, la defensa de Phoenix no intimidó en absoluto a los Pelicans, que anotaron 18 puntos en la pintura en los primeros doce minutos (28-28). El segundo parcial no se pareció en nada al primero, con los dos equipos enfrascados en un combate mucho más físico, tomando la delantera Nueva Orleans por diez.
Con 13 puntos en menos de seis minutos, Paul apabulló a los Pelicans y volvieron a tomar el control tras un parcial de 11-22 (69-70). La reacción de los Pelicans coincidió con los minutos de descanso de Paul y, con un robo más contraataque de Jones, los locales llegaron al último cuarto por delante (85-82).
Un triple de Booker seguido de un robo de Bridges a McCollum dispararon a los Suns (104-108 con 1.28 para el final). El cierre tuvo de todo, hasta polémica por un codazo de Paul a Alvarado no pitado, pero, finalmente, los Suns se clasificaron.
Otra terminada
Los Dallas Mavericks cerraron con una victoria agónica de 96-98 su primera ronda de los playoffs ante los Utah Jazz (2-4) y se medirán en las semifinales del Oeste a los Phoenix Suns.
Luka Doncic (24 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias) y Jalen Brunson (24 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias) fueron los faros de unos Mavericks que en la segunda mitad metieron 14 de 25 en triples.
Por parte de estos Jazz dignos pero insuficientes, Donovan Mitchell (23 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias) fue el mejor en una noche pobre desde el triple (9 de 35) y lastrada por un durísimo tercer cuarto en contra (19-36).
Con un escalofriante 3 de 22 en triples entre los dos equipos, los Jazz, gracias a 9 puntos de Mitchell, tomaron una discreta ventaja tras un cuarto para taparse los ojos (21-15).
Utah se marchó al vestuario con su mayor diferencia hasta entonces (53-41) gracias a las aportaciones en el segundo cuarto de Bogdanovic (8 puntos) y O'Neale (6 puntos) y a su dominio de los rebotes en la primera parte (26 por 17).
Jason Kidd intentó alterar el guion del encuentro con un quinteto bajo y la apuesta le salió genial ante unos Jazz demasiado anclados a la presencia interior de Gobert (57-53 a falta de 7.49).
Más dinámicos y sueltos, los Mavericks se reencontraron con el acierto desde el perímetro con Doncic sumando dos triples seguidos, pero los Jazz mantuvieron la compostura con Bogdanovic respondiendo con otros dos triples.
Sin embargo, el viento soplaba a favor de Dallas, fabulosos en el movimiento de balón y que castigaron las carencias de Utah en defensa (72-77 tras un incontestable 19-36 en el tercer cuarto). Doncic (10 puntos) y Dinwiddie (8 puntos) brillaron en ese fantástico tercer cuarto en el que los Mavericks metieron 13 de 20 en tiros y 8 de 12 en triples.
Un parcial de 8-0 coronado por Mitchell y Gobert empató el encuentro a falta de 4.21 (88-88). Tres triples seguidos de Dallas (Finney-Smith, Doncic y Brunson) asentaron a los Mavericks, pero los Jazz se pusieron a un solo punto en el último minuto.
Al final, Utah tuvo dos posesiones para darle la vuelta al marcador, pero primero por pasos de Conley y después por el triple fallado de Bogdanovic, perdieron ante Dallas.
La tercera también finalizó
Los Sixers y Joel Embiid acabaron con el sueño imposible de los Raptors de remontar la eliminatoria de la primera ronda y ganaron en Toronto el sexto partido de la serie con un contundente 97-132.
Embiid, que en 2019 vivió con amargura en la misma cancha del Scotiabank la eliminación en el séptimo partido tras un triple imposible de Kawhi Leonard, fue el máximo anotador del partido, con un doble doble de 33 puntos y 10 rebotes.
Su compañero Tyrese Maxey sumó 25 puntos, tras anotar 5 triples de 12 intentos, mientras que James Harden también terminó la noche con un doble doble de 22 puntos y 15 asistencias.
En los Raptors, el mejor jugador fue Chris Boucher, que tras iniciar el partido desde el banquillo, hizo un doble doble de 25 puntos y 10 rebotes. Pascal Siakam anotó 24 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias.
El primer cuarto se inició con un rápido intercambio de goles, con dos canastas seguidas del novato del año, Scottie Barnes, quien no se intimidó pese a la oposición de Embiid. La réplica de los Sixers llegó de la mano del pívot y Maxey con un triple.
A pesar del rápido ritmo, los Raptors anotaron siete de los primeros ocho tiros del partido. Los Sixers no podían igualar el ritmo de efectividad y tras cuatro minutos de juego, los de Toronto se situaron 5 puntos arriba, 15-10.
Los Sixers reaccionaron y colocaron un parcial de 0-10 que les puso por delante 15-20. A pesar de los esfuerzos de Boucher y con Siakam prácticamente desaparecido, los Raptors fueron incapaces de remontar y el primer cuarto acabó con un claro 29-34 para los Sixers.
En el segundo cuarto se produjo la reacción de los locales, de la mano de Siakam y, de nuevo, Boucher. Entre los dos anotaron los primeros 15 puntos de los Raptors y colocaron a los canadienses por delante, 44-39 en los 4 primeros minutos del segundo cuarto.
Los Sixers además contaron con la colaboración de un ex Raptor, Danny Green, quien en el segundo cuarto anotó 12 puntos, con 4 triples de 6 intentos. Al descanso se llegó con un 61-62 a favor de los Sixers.
En el tercer periodo, los Sixers apretaron en defensa y sin Fred VanVleet, el base titular de los Raptors que se lesionó en el cuarto partido de la serie, el ataque del equipo de Toronto careció de rigor.
En los primeros siete minutos del tercer cuarto, los Sixers castigaron a los Raptors con un parcial de 6-23 que sentenció el partido y dejó el marcador en 67-87, 20 puntos de diferencia a favor del equipo de Philadelphia.
Con el partido decidido, los 76ers no aflojaron en el cuarto periodo. Embiid tenía una cuenta pendiente con el público canadiense y tras anotar cuando faltaban 4 minutos para el final, y un 90-119 en el marcador, decidió festejar haciendo el avión ante los 20.000 hinchas canadienses.