Los Indiana Pacers, con una actuación magnífica de T.J. McConnell (20 puntos, 9 asistencias y 4 robos) y Obi Toppin (21 puntos y 8 rebotes), aplastaron este jueves por 120-98 a unos Milwaukee Bucks que quedaron eliminados en la primera ronda (4-2) sin poder contar con el lesionado Giannis Antetokounmpo en el playoff.
Indiana, con un 54,1 % en tiros, trituró a Milwaukee en puntos del banquillo (50-10), al contraataque (21-6) y asistencias (33-19). Además de los ya mencionados, Tyrese Haliburton sumó 17 puntos, 6 rebotes y 10 asistencias y Pascal Siakam aportó 19 puntos y 7 rebotes. En los Bucks, que tuvieron a Antetokounmpo como duda hasta última hora, Lillard sí pudo regresar y acabó con 28 puntos. Brook López consiguió 20 puntos y Bobby Portis 20 tantos con 15 rebotes.
Tres minutos duró la esperanza de los Bucks, los de un sólido inicio para colocarse con 3-10. Y tres minutos tardaron también los Pacers en encender los motores, comprobar que estaban engrasados e imponer su exigente e incansable ritmo. Haliburton, con 10 puntos en el primer cuarto, se encargó de que se jugara a tope de revoluciones y a esa fiesta se apuntaron Toppin (9 puntos) y McConnell (6) para impulsar a los Pacers (33-24).
No cambió nada en el segundo cuarto y las estadísticas al descanso (59-47) dejaban solo la duda de por qué los Pacers no habían alcanzado una renta más amplia después de arrasar a Milwaukee en puntos del banquillo (19-1), en contraataque (14-2) y en la pintura (30-20). Haliburton (15 puntos) destacó en Indiana mientras que Lillard y López sujetaron a los Bucks con 14 puntos por cabeza.
En la reanudación continuó el quiero y no puedo de unos Bucks que se pusieron a 7 puntos pero que no tenían dinamita para tramar una emboscada. Al contrario, Toppin (10 puntos) y McConnell (5) siguieron triturando a los visitantes y los de amarillo llegaron al último cuarto con margen (93-78). Con un McConnell arrebatador e hiperactivo, los Pacers lograron el +20 gracias a un triple de Ben Sheppard (104-84 con 8.07 para el final) y los Bucks no tardaron en tirar la toalla y cerrar una campaña para el olvido.
Los New York Knicks, con Jalen Brunson como nuevo ídolo en la Gran Manzana, vencieron este jueves a los Sixers en Philadelphia por 115-118 y eliminaron a la franquicia de Joel Embiid por 2-4 en una primera ronda del playoff absolutamente vibrante y emocionante. En las semifinales del Este de la NBA, los Knicks se enfrentarán a los Indiana Pacers, que también despacharon por 4-2 a los Milwaukee Bucks.
Brunson deslumbró con 41 puntos y 12 asistencias (cuatro partidos seguidos con más de 40 puntos) pero Josh Hart fue imprescindible con un triplazo a falta de 24.4 segundos. La pasión y la alegría han vuelto a un Madison Square Garden enamorado de un equipo que ha hecho del sacrificio y la garra su seña de identidad: son un conjunto limitado en calidad y talento, pero nadie les supera en corazón y rabia.
Al frente se sitúa, no obstante, un Brunson imparable que se ha hecho hueco entre las figuras más importantes de la liga. La fiebre por los Knicks ha vuelto a contagiar a Nueva York, enganchada a un equipo que, pese a ser un gigante de la NBA, no conquista un anillo desde hace 51 años (1972-1973) y no llega a unas Finales desde hace 25 (1998/99).
Todo lo contrario viven en Philadelphia, con un naufragio más para el proyecto de un muy digno Embiid, que ha hecho todo lo posible para jugar pese a sus problemas físicos. Aún así, el MVP de 2023 lleva ocho campañas en Filadelfia y nunca ha alcanzado la final del Este. El pívot lo dio todo con 39 puntos y 13 rebotes y Buddy Hield, insignificante hasta hoy, respondió con 20 puntos y 6 triples, pero los Sixers extrañaron al mejor Tyrese Maxey (solo 17 puntos tras los 46 del martes).
Además de Brunson, Donte DiVincenzo (23 puntos y 7 asistencias sin descansar ni un solo segundo), OG Anunoby (19 puntos y 9 rebotes) y Hart (16 puntos, 14 rebotes y 7 asistencias) estuvieron espectaculares en unos Knicks irreductibles pese al calvario de lesiones que sufren. Con un 22-36 tras una máxima de +22, los Knicks, guiados por Brunson (10 puntos), avasallaron a los Sixers en todos los apartados, incluyendo el rebote (10-16 con 9 de ellos ofensivos).
Sin embargo, la reacción de Filadelfia fue igualmente explosiva, con un impactante 32-15 en el segundo cuarto que les permitió llegar al descanso por delante (54-51). Embiid consiguió 17 puntos al descanso, pero el factor diferencial fueron los sospechosos no habituales de los Sixers: Cam Payne, Nicolas Batum y, sobre todo, un Hield inspiradísimo con 17 puntos y 5 triples.
En los visitantes, completamente sobrepasados en el segundo periodo, Brunson fue el más productivo con 16 puntos. La montaña rusa del partido continuó en la reanudación. Maxey, gris antes del intermedio (solo 2 puntos), le dio a los Sixers un +10 en el ecuador del tercer periodo (71-61).
Las estrellas pidieron la palabra: Embiid se salió con 16 puntos en ese cuarto, pero Brunson con 11 capitaneó a unos Knicks que igualaron el marcador antes del último acto (83-83). El base de los Knicks, absolutamente demoledor, metió 14 puntos en el cuarto periodo y Anunoby clavó un mate imponente que dio a los Knicks un +8 a falta de solo 2.43.
Pero los Sixers se resistían a morir y empataron el encuentro en el último minuto con una canasta adicional de Maxey. Ahí apareció Hart, que tras un dos para uno a Brunson asumió la responsabilidad y selló un triple frontal que vale un pase a las semifinales del Este.