Cuando el TD Garden de Boston gritaba con más fuerza, Jrue Holiday se
encargó de silenciarlo con un tapón antológico que dio a los Milwaukee Bucks la
victoria contra los Celtics en cifras de 110-107 tras un partidazo que deja a
los actuales campeones de la NBA a solo un paso de la final del Este. Están 3-2
arriba y el viernes serán locales.
En un memorable duelo con toda la emoción e intensidad de los
playoffs, los Bucks dieron vuelta un encuentro que perdían por 14 a poco de
comenzar el último cuarto gracias a dos jugadas clave en los últimos 15
segundos: un doble tras rebote ofensivo de Bobby Portis y un taponazo de Jrue
Holiday sobre Marcus Smart cuando los locales perdían por uno.
El base no sólo se quedó el balón tras bloquear a Smart, lo
que dio dos tiros libres a los Bucks para ponerse tres arriba, sino que además
le robó el balón de nuevo a Smart en la última jugada del partido. Atónitos
se quedaron los Celtics, que se habían mostrado muy equilibrados a lo largo de
la noche pero que tendrán que recuperarse de este golpe moral.
Giannis Antetokounmpo, que en el último cuarto acabó
sangrando en el párpado tras un golpe fortuito, fue el líder de los Bucks con
40 puntos y 11 rebotes mientras que Jrue Holiday no solo fue un portento en
defensa sino que también destacó en ataque con 24 puntos, ocho rebotes y ocho
asistencias.
Jayson Tatum (34 puntos y seis rebotes) y Jaylen Brown (26
puntos, ocho rebotes y seis asistencias) fueron los mejores de unos Celtics en los
que el dominicano Al Horford volvió a rendir a un gran nivel defendiendo a Antetokounmpo
(ocho puntos, ocho rebotes y seis asistencias).
Más tarde, los Memphis Grizzlies, sin el lesionado Ja Morant, dejaron en
ridículo a los Golden State Warriors al vencerlos 134-95 como locales para mantenerse
con vida en esta semifinal del Oeste que ahora está 3-2 a favor del equipo californiano.
Sin Steve Kerr en la dirección técnica por segundo partido
debido al coronavirus, los Warriors aún siguen por delante y podrán cerrar la
serie el viernes de vuelta en San Francisco, pero en este quinto partido en
Memphis dieron una imagen lamentable e impropia de uno de los grandes
aspirantes al anillo.
Los Grizzlies metieron 77 puntos en la primera mitad, ganaban
por 27 al descanso y en el tercer cuarto llegaron a dominar el marcador por una
diferencia brutal de 55. El récord de la mayor diferencia al final de un
partido de playoff de la NBA es de 58 puntos y este miércoles dio la impresión
de que, si no se hubieran relajado cuando ya tenían amarrada la victoria, los
Grizzlies podían haber batido esa marca sin problemas.
Las caras largas de los Warriors contrastaban con la euforia
de unos Grizzlies espectaculares que, en los tres primeros cuartos (el último
parcial ya no valía para nada con un marcador de 119-67), habían metido 17 de
34 en triples y habían logrado 29 puntos a partir de las 20 pérdidas de balón
de sus rivales.
Con todas las facetas del juego bajo su dominio, desde la
lucha por el rebote hasta el control de la pintura pasando por la intensidad en
defensa, los Grizzlies tuvieron a siete jugadores por encima de los 10 puntos.
Jaren Jackson Jr., Desmond Bane y Tyus Jones fueron los mejores con 21 por
cabeza sin que ninguno de los tres disputara más de 25 minutos.
Klay Thompson (19 puntos con 7 de 12 en tiros) fue el máximo
anotador de los Warriors pero terminó su actuación con un rating +/- (estadística
más/menos) de -45. Stephen Curry aportó 14 puntos (4 de 10 en tiros de
campo), Draymond Green metió cinco y perdió cinco pelotas y Jordan Poole perdió
cuatro balones y solo anotó tres unidades.
EFE / FútbolUy