Los Ángeles Lakers consiguieron este jueves su primera victoria de la temporada 2023/24 tras imponerse como locales a los Phoenix Suns por 100-95 en un partido que se decidió gracias un último cuarto estelar de los angelinos. Este duelo llegaba cargado de altas expectativas sobre todo porque suponía la primera vez que LeBron James y Kevin Durant se veían las caras en un partido oficial de la NBA desde las Navidades de 2018.
El equipo de LeBron se llevó el triunfo, pero Durant tuvo mejores registros con 39 puntos, 11 rebotes y 2 asistencias frente a los 21 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias del hombre franquicia de los Lakers. Tras el triunfo de este jueves, LeBron lidera ese cara a cara particular con un balance de 16-6 en temporada regular, mientras que Durant puede presumir de haber ganado a King James en dos Finales de la NBA (2017 y 2018) jugando para los Golden State Warriors.
Además, la estrella de los Suns superó durante el encuentro de esta noche al legendario Hakeem Olajuwon y se sitúa ya en el puesto número de 12 de la lista histórica de anotadores de la NBA con 26.949 puntos. Por su parte, Anthony Davis sumó 30 puntos y 12 rebotes para los locales, mientras que los Suns no pudieron contar por molestias físicas con Devin Booker y Bradley Beal.
El inicio del encuentro entre dos de los equipos llamados a liderar la Conferencia Oeste empezó de manera fulgurante para los hombres de Darvin Ham, que se plantaron con un parcial de +7 en los primeros compases. Pero poco tardó el conjunto de Arizona en hacer carburar la nueva conexión entre Jusuf Nurkic, Grayson Allen, Eric Gordon y, por supuesto, Durant, consiguiendo terminar el primer cuarto con un solvente 18-30.
LeBron, de 39 años y jugando su temporada número 21 en la NBA, trató de tirar del carro en el segundo cuarto ayudado por Davis, pero su fragilidad defensiva les obligaba a ir siempre a remolque. Y es que en el equipo californiano hay un gran número de caras nuevas -como Gabe Vincent, Taurean Prince, Jaxson Hayes o Christian Wood- que aún se están adaptando a la disciplina púrpura y dorada.
Aun así, un tiro exterior de Davis y una entrada a canasta de manual ejecutada por LeBron hicieron que los Lakers le dieran la vuelta al marcador en la mitad del segundo cuarto (38-35). Se vio tan exigido entonces el técnico Frank Vogel, que regresaba a Los Ángeles tras darle el anillo al equipo a los Lakers en 2020, que volvió meter en pista inmediatamente a Durant para remontar.
Dicho y hecho, porque el alero salió y volvió a comandar a los Suns, que se fueron al descanso 52-48 gracias a los puntos del propio Durant, la supremacía defensiva del pívot bosnio Nurkic (9 rebotes antes del descanso) y a la aportación ofensiva de Jordan Goodwin. Phoenix llegaba con dos importantes bajas por lesión, las de Booker y Beal que, junto a Durant, deben ser los referentes de ese prometedor Big Three que ha confeccionado el equipo de Arizona para este curso.
Beal, flamante fichaje procedente de los Washington Wizards, tampoco pudo jugar en el primer encuentro, pero Booker fue crucial en esa fecha inaugural ante los Warriors. A pesar de eso, Durant se rodeó de Goodwin y Gordon para hacer inútiles los intentos de Austin Reaves y Davis, que trataban de que su equipo no se descompusiera cuando Ham sentaba en el banco a LeBron.
Las dificultades de los Lakers para aclarar acciones de tiro exterior y el poco acierto en este apartado hicieron que los Suns se marcharan al último cuarto con un plácido 72-84. Sin embargo, a los de Phoenix les volvió a ocurrir lo mismo: empezaron el último cuarto sin Durant y los angelinos redujeron la ventaja visitante a solo 2 puntos.
Ahí salió de nuevo Durant, pero varias pérdidas de balón, errores en tiro libre y faltas sobre el propio LeBron hicieron que los Lakers consiguieran voltear el marcador con un solvente King James junto a Davis, que acabó siendo el máximo anotador de los de púrpura y oro. Lakers terminó con un enorme parcial 28-11 en el último cuarto que le sirvió para ganar un partido en el que Durant acabó echando en falta a Booker y Beal.
La aventura de Damian Lillard en los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo empezó este jueves de la mejor manera posible con una victoria ante los Philadelphia 76ers cimentada en una espléndida actuación del base, que se lució con 39 puntos y 8 rebotes (118-117).
Lillard dejó muestras evidentes de todo lo puede ofrecer en Milwaukee, especialmente en un segundo cuarto arrollador en el que explotó con 17 puntos y en una recta final en la que se echó el equipo a la espalda metiendo de forma consecutiva los 11 últimos puntos de su nuevo equipo. El exjugador de los Portland Trail Blazers terminó con 9 de 20 en tiros de campo (4 de 12 en triples), firmó un perfecto 17 de 17 en tiros libres y repartió 4 asistencias sin perder ni un balón.
Por su parte, Antetokounmpo consiguió 23 puntos y 13 rebotes pero se enredó con 7 pérdidas de balón en unos Bucks que llegaron a ganar de 19 en el segundo cuarto pero que se dejaron remontar en el último cuarto y tuvieron que sudar hasta el final para amarrar el triunfo. Los Sixers, envueltos en mil y una polémicas por el deseo de James Harden de abandonar la franquicia (no estuvo presente en Milwaukee), ofrecieron una imagen muy digna y acariciaron una victoria de mucho mérito en un partido de parciales abultados para unos y otros.
Tyrese Maxey fue el máximo anotador de Filadelfia con 31 puntos y 8 asistencias, Kelly Oubre Jr. deslumbró en su debut con su nuevo conjunto con 27 puntos (9 de 11 en tiros) y Joel Embiid (MVP del curso pasado) consiguió 24 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias pero perdió 7 balones. El encuentro sirvió también de estreno para Adrian Griffin y Nick Nurse como técnicos de los Bucks y los Sixers, respectivamente. Para Lillard debió de ser reconfortante ver el arranque, ya que el genial base jamás se había visto rodeado de tanto talento.
Así, Antetokounmpo empezó muy pronto a perforar la zona de Filadelfia, Brook López y Khris Middleton comenzaron a sumar desde el perímetro y los Bucks abrieron hueco desde el inicio (15-7 con 6.22 en el reloj). El fondo de armario, una de las dudas de este fastuoso proyecto de Milwaukee, respondió de primeras ya que la segunda unidad con Pat Connaughton, Jae Crowder y Bobby Portis sorprendió especialmente por su buena circulación y movilidad en la ofensiva.
En los Sixers, Embiid sufrió ayudas constantes y estuvo bien atado por los Bucks, pero Oubre Jr. entró con mucha fuerza desde el banquillo y sumó 10 puntos para los visitantes en los primeros 12 minutos (30-23). Pese a contar con estrellas descomunales como Antetokounmpo y Lillard, los Bucks presumieron de generosidad y espíritu solidario, tanto que sus nueve jugadores que pisaron la cancha en el cuarto inicial anotaron al menos un punto.
Los Sixers trataron de sujetar a Giannis con dos para uno (y hasta tres para uno) mientras en ataque Maxey tomaba la palabra. Lillard se las vio con Jaden Springer, que le puso un impactante tapón a dos manos, pero el joven de los Sixers salió en la foto de la primera gran acción de "Dame Time" con los Bucks: un espectacular triple frontal con tiro adicional.
Esa jugada despertó a Lillard, que entró en combustión con 13 espectaculares puntos en algo menos de tres minutos para unos Bucks que despegaron impulsados por su nuevo ídolo (55-37 con 4.26 para el descanso). No obstante, los Sixers respondieron con un parcial de 0-11 -justo cuando Lillard estaba en el banquillo- y se marcharon al vestuario a una distancia manejable (63-54).
Embiid regresó con fuerza del vestuario, Oubre Jr. y Maxey siguieron ofreciendo soluciones y el perímetro de Filadelfia hizo los deberes (5 de 9 en triples en ese periodo). En cambio, los Bucks se atascaron con un triste 1 de 7 de tres y desperdiciaron casi toda su ventaja camino ya del último cuarto permitiendo que los Sixers se metieran en el encuentro de lleno (88-85).
Los de Nurse no se conformaron con eso. Un tiro libre de Maxey, a falta de ocho minutos, les dio su primera ventaja desde el arranque del duelo, Embiid le colocó un tapon a Antetokounmpo y Oubre Jr. clavó un triple que obligó a Griffin a pedir un tiempo muerto antes de que el encuentro se le escapara de las manos (94-98 con 7.02 para el final).
El parcial llegó a ser de 0-14 con +8 para los Sixers, pero dos triples seguidos de López y Crowder resucitaron a unos Bucks al borde del precipicio (100-102 a falta de 5.32). En el desenlace reapareció Lillard, un experto en resolver finales apretados. El base brilló con 11 puntos seguidos en el final -incluyendo un gran triple a falta de 1.13- y acabó brindándole el triunfo a Milwaukee pese a que sus rivales no tiraron la toalla hasta el último segundo.