Una situación curiosa se vivió este miércoles en el TD Garden de Boston minutos antes de la tercera final de la NBA, que terminó con victoria local de los Celtics por 116-100 sobre Golden State Warriors.

Una hora y media antes de comenzar el partido, cuando los visitantes empezaban con los ejercicios de calentamiento, se percataron de que el aro hacia el que debían atacar en el primer tiempo estaba un poco más alto de que costumbre.

Gary Payton II, hijo del recordado Gary Payton (el Guante), comentó con sus compañeros y el cuerpo técnico que el aro estaba un poco por encima de los tres metros y cinco centímetros. Hicieron el reclamo y se confirmó cuando lo midieron.

Rápidamente el problema fue solucionado y el propio entrenador de los Warriors, Steve Kerr, le quitó dramatismo al asunto explicando que no es la primera vez que notan una irregularidad en la altura de un aro.