Los Denver Nuggets exhibieron sus galones de campeones y arrollaron este viernes a domicilio a los Minnesota Timberwolves por 117-90 para recortar distancias 1-2 en la serie de segunda ronda de los playoffs de la Conferencia Oeste de la NBA y dejar claro que siguen vivos en la defensa del anillo.
Tras días turbulentos por las dos derrotas sufridas como locales y las polémicas por el gesto de Jamal Murray, quien lanzó una toalla y una almohadilla térmica a la pista en el segundo partido, los Nuggets respondieron con una extraordinaria actuación en su visita al Target Center.
Lo hicieron en el primer partido de Nikola Jokic como triple MVP de la NBA. El serbio, que recibió este premio el miércoles por tercera vez en su carrera, firmó 24 puntos, catorce rebotes y nueve asistencias. Murray, multado con 100.000 dólares por la NBA por lanzar los objetos antes descritos, respondió con 24 puntos, cuatro rebotes y cinco asistencias con 11 de 21 en tiros de campo. Michael Porter Jr. aportó 21 y cuatro triples.
Aaron Gordon, con trece puntos, y Kentavious Caldwell Pope, con doce, se sumaron a sus compañeros y todo el quinteto titular de Michael Malone acabó con dobles dígitos. Los Nuggets rozaron el 50 % de acierto en tiros de tres puntos y tuvieron un 58 % en tiros de campo para dar un golpe en la mesa.
Los Wolves, terceros cabezas de serie en estos 'playoffs' en el Oeste, fueron superados por completo por los Nuggets y su mejor anotador fue Anthony Edwards con 19 puntos. El dominicano Karl Anthony Towns aportó catorce puntos y cinco rebotes, con cuatro de cinco en triples.
El francés Rudy Gobert, mejor defensa de la temporada, no pasó de los seis puntos y cuatro rebotes. Dominaron de principio a fin los Nuggets, que tomaron una tempranera ventaja de veinte puntos en el 45-25 del segundo período y que se fueron al descanso con quince unidades de margen.
Jamal Murray, abucheado por el público de Minnesota, anotó a placer. Metió ocho puntos en el primer cuarto y diez en el segundo para dejar tocados a los Wolves, en los que Towns dio la cara con doce puntos fruto de un perfecto cuatro de cuatro desde el arco.
Los Nuggets no dejaron de pisar el acelerador e incrementaron su ventaja en el tercer período. Dos triples seguidos de Aaron Gordon y Michel Porter les dieron 22 puntos de margen y la ventaja máxima tocó las 29 unidades antes de que Anderson, con un tiro en suspensión, la redujera a 27 para entrar en el último período.
Con 5.54 minutos por jugar en el cuarto período y el partido ya sentenciado, los Wolves sacaron a sus titulares de la pista para guardar energías de cara a los próximos capítulos de la serie. El cuarto partido se disputará este domingo, de nuevo en el Target Center de Minneapolis.
Un triple desde muy lejos de Andrew Nembhard a falta de solo 16.4 segundos rescató este viernes a los Indiana Pacers, que vencieron con mucho sufrimiento a los New York Knicks por 111-106 y que recortaron distancias en esta semifinal de la Conferencia Este de la NBA (1-2).
Tyrese Haliburton (35 puntos con 14 de 26 en tiros y 7 asistencias), Pascal Siakam (26 puntos y 7 rebotes) y Myles Turner (21 puntos y 10 rebotes) encabezaron a unos Pacers que el domingo podrán igualar en casa la serie antes de volver a Nueva York.
Pese a sus múltiples bajas y lesiones, estos irreductibles Knicks vendieron carísima su derrota y dejaron claro que lo van a dar todo para alcanzar su primera final del Este desde 1999. OG Anunoby, que el miércoles se lesionó los isquiotibiales en el segundo partido, se unió a los ausentes de los Knicks: Julius Randle, Bojan Bogdanovic y Mitchell Robinson.
Jalen Brunson, que se hizo daño en el pie derecho en el anterior encuentro, sí jugó pero no estuvo al estelar nivel de su playoff (26 puntos, con 10 de 26, y 6 asistencias pero 5 pérdidas de balón). En cambio, Donte DiVincenzo firmó un partidazo con 35 puntos y un fantástico 7 de 11 en triples.
Este duelo muy físico, peleado y de nuevo con polémica arbitral al final dejó dos anécdotas: la presencia de la nueva estrella de la WNBA, Caitlin Clark, en las gradas y los minutos de Josh Hart, quien, tras no descansar ni un solo segundo en los dos partidos anteriores, en esta ocasión "solo" jugó 43.08 minutos para acabar con 10 puntos y 18 rebotes.
Indiana dejó escapar dos partidos en el Madison Square Garden que bien podían haber ganado, así que de vuelta en casa tenían trabajo urgente por delante. Arrancaron como debían: un 12-4 en cuatro minutos con dos triples de Haliburton agitando a las masas y elevando el ritmo al máximo.
Los Pacers llegaron a ganar por 12 en el primer acto, mientras Bruson sufría con la defensa de Aaron Nesmith y además volvía a dolerse del pie derecho. DiVincenzo dio un paso al frente para suplir a Brunson pero los Pacers cerraron el cuarto con buenas sensaciones y 10 puntos de Haliburton (29-20).
Alec Burks fue uno de los nuevos nombres en la mermada rotación de los Knicks y respondió de forma fantástica con 13 puntos en el segundo cuarto y un perfecto 4 de 4 en tiros. Expertos en lidiar con todo tipo de contratiempos y en agarrarse al marcador en cualquier circunstancia, los neoyorquinos empezaron a recobrar el pulso.
También Brunson mejoró, con 11 puntos en ese segundo periodo, y unió a un DiVincenzo que seguía asumiendo mucha responsabilidad en el ataque visitante. En cambio, los Pacers perdieron a ratos la chispa que habían mostrado en el comienzo. Llegaron a estar por detrás en el marcador, pero Haliburton, muy agresivo en todo momento, les salvó con 13 puntos para irse al descanso al mando (63-58).
El base de Indiana brilló con 23 puntos en la primera mitad, mientras que DiVincenzo lideró a los Knicks con 15. La historia se repitió en la reanudación. Los de Rick Carlisle metieron una marcha más, Turner y Siakam echaron una mano a Haliburton y amenazaron con romper el encuentro (77-66 con 7.31 por jugarse).
Ante cualquier otro equipo podría haber sido un golpe mortal, pero estos Knicks no se rinden jamás. Un monumental parcial de 8-24 les permitió ponerse por delante antes del último cuarto (85-90) con un DiVincenzo inmenso, que anotaba todo lo que le caía en las manos (17 puntos en el tercer periodo con 3 de 4 en triples).
Ni los jugadores de los Pacers, atascados ante la defensa neoyorquina, ni sus fans daban crédito a lo que sucedía. Con el partido convertido en una guerra de trincheras, un robo y contraataque de Haliburton y un dos más uno de Siakam dejó todo por decidirse en siete minutos (99-99).
Hasta el último minuto no se resolvió. Nembhard se inventó un triple increíble y anotó sobre la bocina tras un torpe ataque de Indiana, Brunson intentó forzar una falta sin éxito y los Pacers por fin respiraron aliviados ante unos Knicks desacertados en la recta final.