Enviado a La Plata

Este martes se conoció que Luciano Rodríguez no estará disponible para el encuentro de semifinales frente a Israel por la expulsión que sufrió el pasado jueves 1° en Santiago del Estero en el duelo de octavos de final ante Gambia.

El árbitro del encuentro, el francés François Letexier, le mostró la tarjeta roja de forma directa luego de revisar en el VAR un codazo del uruguayo al gambiano Sainey Sanyang. “El juez estampó en el formulario que fue un codazo”, dijo Marcelo García, presidente del Consejo Juvenil de AUF, a FútbolUy.

“Se defendió que no hubo un codo desleal, sino que fue un movimiento para sacárselo de encima. El instinto hizo que el brazo lo llevara para atrás”, comentó, y añadió: “Si le hubiesen tipificado el codazo, la sanción mínima era de tres partidos”.

Con respecto a la forma de la defensa, contó que se presentó un “escrito argumentando esto y las pruebas con un video de la jugada y de comentarios de la televisión argentina, donde los periodistas son parciales”. Gracias a este movimiento de AUF, la sanción quedó solamente en dos partidos.

Además, consultaron a FIFA si Facundo Machado o José Arbío, los arqueros suplentes, podrían ingresar como jugadores de campo: “El reglamento es claro: hay que tener 18 jugadores de campo y tres goleros. Pero ante la situación que estamos viviendo, uno siempre trata de buscar cualquier mecanismo que pueda ayudar. Se hizo la consulta a FIFA por las dudas, pero fue negativa”.

Más trabajo

Por si fuera poco, el pasado domingo FútbolUy dio a conocer la noticia de que FIFA había denunciado a Uruguay por cánticos contra Inglaterra, en el partido correspondiente a la segunda fecha del grupo E, disputado el jueves 25 en La Plata.

Pero no se quedó ahí, sino que Marcelo García confirmó que además de “cánticos en el himno”, fueron denunciados por “actos de racismo al final del partido y lanzamiento de objetos”. Cabe destacar que en esa ocasión la mayoría del público era argentino, motivado por el conflicto que tienen con los ingleses, rival más que odiado hace ya cuatro décadas, luego de la guerra de las Malvinas.