Los Pumas de Argentina rugieron con su carácter más competitivo para revertir una primera parte más que discreta, remontar ante Gales (29-17) y plantarse por tercera vez en unas semifinales del Mundial de rugby.

El conjunto de Michael Cheika, que luchará por la final ante el vencedor del Irlanda-Nueva Zelanda, se recompuso después de casi 40 minutos de inferioridad y despejó buena parte de las dudas que había dejado tanto en el primer tiempo como en la fase de grupos.

Los Pumas, semifinalistas en las ediciones mundialistas de 2007 y 2015, demostraron que nunca se rinden y que no se les puede dar por derrotados. Gales lo sufrió en sus carnes y acabó en los últimos minutos desarbolada por los pletóricos albicelestes.

Sufrieron de lo lindo en el primer tiempo. Dan Biggar, con un ensayo, la conversión y un golpe de castigo, encendió las alarmas de Argentina al situar un 10-0 a los 21 minutos, pero esa resiliencia y los errores de los Dragones en un par de touch en ataque, le mantuvo con opciones ante su rival.

No lo desaprovechó. Emiliano Boffeli, con un par de golpes de castigo en el tramo final del primer tiempo, apretó el partido al intermedio (10-6) y en el inicio se la segunda parte el jugador albiceleste añadió otros dos disparos entre palos que culminaron la remontada (10-12, 48'). Aún así, Gales, con una versión más sólida que en el pasado Torneo Seis Naciones, en el que solo ganó a Italia, quiso reivindicarse con un ensayo de Tomos Williams que convirtió Biggar (17-12, 58').

Pero esta Argentina era otra bien distinta a la de la segunda mitad. Más dinámica en su juego, más potente en su delantera, metió a su rival en su campo y era cuestión de tiempo que rubricara su superioridad, aunque tuviera que esperar hasta el tramo final. Pese a la desesperada y aguerrida defensa de los galeses, los Pumas acabaron encontrando los huecos. Joel Sclavi devolvió las tablas al choque con un ensayo y Boffeli el mando con la conversión (17-19, 69').

Los pupilos de Warren Gatland ya fueron incapaces de recuperar el control ante una Argentina crecida, lanzada hacia la victoria. Un error fue aprovechado por Nicolás Sánchez para sumar una nueva marca que, convertida por Boffeli, sentenció un partido en el que el cuadro albiceleste fue de menos a más y ahora su sueño recobra una fuerza renovada.