La selección argentina de rugby perdió 27-10 contra Inglaterra en su debut en la Copa del Mundo, este sábado en Marsella, un mal síntoma para unos Pumas que sueñan con alcanzar al menos las semifinales del torneo.
Pese a jugar todo el partido en superioridad numérica (tras la expulsión de Tom Curry en el minuto 3), el partido de Los Pumas fue muy gris, sin ideas ofensivas e indisciplinados en defensa, ante una Inglaterra en la que destacó su apertura y pateador George Ford, autor de todos los puntos de su equipo.
El triunfo da el liderato del grupo D al XV de la Rosa, que pese a no llegar en su mejor momento a la cita y salvo sorpresa mayúscula, parece tener encarrilado su clasificación a cuartos como primero de la llave.
Sin llegar en su mejor momento y con una sonrojante derrota ante Fiyi en el último partido de preparación (30-22), el equipo entrenado por Steve Borthwick, dio una lección de supervivencia en inferioridad numérica, pero con un Ford infalible con el pie.
El seleccionador inglés, pese a llegar a la cita con seis derrotas en nueve partidos en el cargo, ya lo advirtió en la previa: "Tenemos la sensación de haber sido enterrados demasiado rápidamente".
Y Los Pumas fueron los primeros en sufrir la capacidad de resiliencia inglesa, que además jugaron con mucha disciplina, sin conceder nada a un rival que salvó el honor con el try anotado sobre la bocina por Rodrigo Bruni.
No obstante, Los Pumas tienen tiempo para reaccionar, ya que el resultado de este sábado no debería ser decisivo y, en condiciones, normales, los argentinos deberían clasificarse sin problemas para los cuartos, donde se cruzaría con Australia o Gales, dos equipos en horas bajas, salvo que Fiyi de la sorpresa.
Al encuentro en Marsella se dieron cita un buen número de argentinos, la mayoría vestidos con la Albiceleste, principalmente la 10 de Leo Messi, dando un gran ambiente al siempre caldeado Velodrome marsellés, aunque se fueron apagando a medida que su equipo se iba hundiendo y fueron los ingleses los que acabaron festejando, aunque varios centenares entraron con el partido ya iniciado por el colapso en los accesos al templo marsellés.