La imagen de Neymar con la cabeza metida en la camiseta, sentado en el banco de suplentes mientras dos doctores le revisaban el tobillo derecho, es la gran alarma de los brasileños.

La victoria ante Serbia es un bálsamo ante la posible lesión de su estrella, que se llevó un duro golpe en el tobillo derecho, que se hinchó hasta el punto de preocupar de verdad a la hinchada norteña.

“Aún con dolor, Neymar aguantó otros 11 minutos en el campo y ese es un dato importante a tener en cuenta en la evolución de la situación. Sufrió un esguince, se le hinchó el tobillo, ya empezó el tratamiento. Hay que esperar de 24 a 48 horas, por ahora es prematuro dar pronósticos. Estaremos en observación y acompañando a Neymar con nuestro cuerpo de fisioterapeutas”, dijo Rodrigo Lasmar, jefe del cuerpo médico norteño.

Se tuvo que ir sustituido por Antony a 10 minutos del final y en las próximas horas se conocerá el alcance de su dolencia. Neymar ya se lesionó de gravedad en Brasil durante el Mundial de 2014 y que esa imagen se repita es la pesadilla de sus compañeros, de Tite y de la hinchada.