Ignacio Alonso, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, explicó al programa 100% deporte de Sport 890 por qué considera “un logro” el hecho de que Uruguay, Argentina y Paraguay jueguen sus primeros partidos del Mundial 2030 como locales y no “una derrota” porque el resto del certamen se dispute en España, Portugal y Marruecos.
“La perspectiva era negativa desde el punto de vista electoral”, explicó en referencia al congreso de la FIFA que debía celebrarse el año que viene con el objetivo de elegir una sede entre las dos candidaturas que seguían en pie.
Los números no daban
“Si uno iba viendo que toda África y toda Europa iban a votar juntos (107 votos en 211), pasaban la mitad de los votos. Los organizadores no votan, entonces si conseguíamos todos los demás votos eran 104 de ellos contra 101 nuestros, a los que debíamos descontar también los de los anfitriones”, señaló.
“Estábamos jugando con todas las cartas en contra y sostuvimos una candidatura en función de perseverancia, con muy poquitas armas. Una cosa es cómo nosotros vemos al mundo, y otra cómo el mundo es. Para nosotros es natural celebrar los 100 años en el Centenario porque hay un tema afectivo, pero en Bangladesh no tienen idea y en el centro de África o en las islas de Oceanía no les importa nada”, explicó.
Alonso agregó que el resto de los países, cuyos votos valen lo mismo en el Congreso de la FIFA, “no ven esa situación afectiva y no ven la votación del congreso como un hecho romántico, sino como un hecho político”. “Cuando van a votar los mueve el ver qué obtienen para su continente, y es lógico y valedero”, indicó.
Marruecos, el golpe de nocaut
Consultado por el momento en que empezó a ver más complicada la posibilidad de que los países sudamericanos obtuvieran la sede del Mundial 2030, fue claro: “Cuando se confirmó la candidatura de Marruecos, la perspectiva pasó a ser negativa”.
No había chances de un “verticalazo” del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, apelando a argumentos históricos y hasta afectivos. “Después del FIFAgate, la fijación de las sedes de los mundiales es materia del congreso y Europa estaba muy firme con llevarlo al congreso e ir a los votos”, explicó.
Al bajarse la candidatura sudamericana, ya se resolvió la sede en el Bureau de la FIFA, que estableció que el partido inaugural será en Montevideo, más allá de que “habrá tres ceremonias de apertura”, según contó Alonso.
“Habrá toda una previa en Montevideo, que en 1930 fue la ciudad sede del primer Mundial. Habrá una serie de actividades que, durante 30 días, homenajeará los 100 años de la primera Copa del Mundo”, agregó el presidente de la AUF.
En el plano deportivo: mucho por definir
Es muy claro que Uruguay, Argentina y Paraguay ya están clasificados, por lo que “la Eliminatoria será de siete países para tres lugares y medio”. En el lapso que irá desde 2027 a 2030, Uruguay solo tendrá competencia oficial en la Copa América 2028.
“Sudamérica con la UEFA están planificando actividades conjuntas. Para Argentina, Paraguay y Uruguay será muy importante concretarlas porque será actividad oficial que sustituirá el calendario de 18 partidos de Eliminatorias. Es un cambio importante que preocupa desde ya, pero estaba en las perspectivas”, señaló.
Por otra parte, dijo que “todavía no está previsto” que Uruguay sea cabeza de serie en el sorteo que se realizará en diciembre de 2029, y que “está todo por definirse”, dado que ni siquiera se conoce el formato de disputa del próximo Mundial, el primero con 48 selecciones.
“En un momento se habló de series de tres y después de cuatro. Pasará mucha agua debajo del puente y la cancha hablará en 2026 para ver qué tipo de serie es mejor: si la de tres con un clasificado, la de tres con dos clasificados o la de cuatro con los dos primeros y los mejores terceros”, explicó.
Lejos de los montos y la reacción del Gobierno
Alonso comentó que el Gobierno uruguayo tomó “de muy buena manera la noticia” y que “causó satisfacción porque estaban al tanto de la perspectiva electoral que tenía la candidatura”.
“Hay otro asunto: no tendremos que entrar en esas inversiones tremendas que, por más que se puedan bajar respecto a las de otros mundiales, son importantísimas. La escala de nuestro país no estaba preparada aún”, reconoció.
“No contemos a Catar, que invirtió 220 mil millones de dólares. Rusia en 2018 puso 15 mil millones. Si nosotros teníamos que tomar la décima parte de las sedes, hablábamos de 1.500 millones, y eso está alejado de la realidad de Uruguay hoy”, argumentó.