Catar continúa con la construcción de estadios e infraestructuras para el Mundial de fútbol de 2022, afirmando que se respetan las reglas de distancia social para limitar los riesgos de propagación del nuevo coronavirus entre los trabajadores, en su mayor parte extranjeros, constataron este jueves periodistas de la AFP.
Decenas de obreros vestidos de azul y con los rostros cubiertos por tejidos, más o menos improvisados, trabajan en el 'esqueleto' del estadio de Lusail, que acogerá la final del próximo Mundial.
Todos guardan una cierta distancia entre ellos en las obras de construcción de este recinto, que debe convertirse en el más grande del país, con 80.000 plazas en total.
El comité encargado de la organización del campeonato afirmó en un comunicado que "reexamina la situación de manera continua y que está dispuesto a tomar las medidas necesarias para proteger la salud y la seguridad de todos los obreros y del personal".
"Esas medidas pueden incluir la suspensión temporal del trabajo (en las obras) si es necesario", añadieron.
Hasta ahora, los organizadores del Mundial-2022 afirmaron haber registrado ocho casos de infecciones por el COVID-19 en las obras de tres estadios. Desde hace seis días no se ha dado ningún balance al respecto.
Las autoridades cataríes declararon oficialmente 7.764 casos de infectados, con resultado de diez fallecimientos.
A partir del domingo, llevar mascarilla será obligatorio para toda persona que trabaje en el sector de la construcción, anunciaron las autoridades del país.
Los autocares que llevan a los empleados a su lugar de trabajo hasta su domicilio deben vigilar que sus pasajeros se sientan también de una manera espaciada dentro del vehículo, igualmente para limitar una eventual propagación del coronavirus.
Según organizaciones no gubernamentales (ONG), las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores migrantes en el Golfo les dejan especialmente expuestos al riesgo de infección por COVID-19.
AFP/FútbolUy